Los huelguistas polacos prometen respetar las alianzas del país y la primacía del partido comunista
El Comité de Huelga Interempresas (MKS) de Gdansk garantizó ayer al Gobierno polaco que el sindicato libre que pretende crear no atentará contra el predominio del POUP (partido comunista polaco) en la vida nacional ni contra las alianzas de Polonia; es decir, la permanencia en el Pacto de Varsovia. En un comunicado del presidium del MKS de Gdansk se exige que el Gobierno «garantice y asegure el pleno respeto de la independencia y la autogestión de los nuevos sindicatos (libres), tanto en lo que concierne a sus estructuras como a su funcionamiento a todos los niveles».
Las divergencias entre el MKS y la comisión gubernamental que preside el viceprimer ministro Mieczyslaw Jagielski, y que provocaron la interrupción de las negociaciones durante todo el día de ayer, se debían precisamente al tema de la libre sindicación.En el documento del comité se indica que «los sindicatos libres no desean jugar el papel de un partido político, ni ponen en entredicho el papel dirigente del partido comunista, respetarán la Constitución y las alianzas de Polonia».
El texto añade que el MKS se transformará «en un comité interempresarial para la creación de los nuevos sindicatos, autogestionados de igual manera que los comités de huelga ya existentes».
Una emisión de Radio Varsovia informó ayer que el Gobierno se tomará todo el fin de semana para considerar las últimas propuestas formuladas por el líder obrero Lech Walesa a su interlocutor, Jagielski, en las reuniones del pasado jueves, antes de la suspensión, informa desde Bonn .
El comunicado del MKS de Gdansk contradice las opiniones oficiales reflejadas ayer en el órgano del POUP, Tribuna Ludu, y las declaraciones a la emisora francesa France-Inter del redactor jefe de la televisión polaca, Andrzej Bilik.
El editorial de Tribuna Ludu señaló que Polonia «está ligada a una gran potencia socialista, la Unión Soviética. Todas nuestras fronteras son aliadas y amigas». Polonia hace frontera con la URSS, la RDA y Checoslovaquia. El periódico denunció bajo estas perspectivas las informaciones occidentales respecto a que los polacos desean «una reorientación de su país hacia Occidente».
Por su parte, Bilik declaró que entre los huelguistas hay quienes, al solicitar sindicatos libres, lo que pretenden «es crear un partido político de oposición, y en esto estriba todo el problema».
El sindicalismo oficial, por la reforma
Por otra parte, el nuevo presidente de la confederación sindical oficial, Romuald Jankowski, ha pedido también que se reconozcan en lo sucesivo «formas eficientes de protesta», entre ellas la huelga, y garantizó que la confederación de los sindicatos polacos rechazará en lo sucesivo el sistema de «decisiones unilaterales». La nueva ley de relaciones laborales, cuya preparación ha emprendido ya el Gobierno, debe garantizar además el carácter de «organización absolutamente autónoma» de los sindicatos polacos, en régimen de paridad con el Gobierno y los resortes económicos. En el futuro, «los sindicatos habrán de combatir resueltamente el burocratismo y el arribismo» que han motivado «las justas reivindicaciones de los trabajadores».
La urgencia con que en Varsovia se pretende convertir en atractiva a la organización sindical del Estado tampoco parece tener correspondencia en el sector de los huelguistas. A pesar de que el sector moderado del comité cree conveniente no «fomentar el pánico» en la población con llamamientos en favor de la extensión de la huelga, según Lech Walesa, presidente del comité, la huelga sigue prendiendo en otros puntos.
De esta forma, ayer se comunicó que cerca de 20.000 obreros estaban en huelga en diversas factorías de Bytom, cerca de Katowice, en la importante cuenca minera de Silesia.
El comunicado de los obreros, que apoyaba las reivindicaciones de sus compañeros en Gdansk, dejaba claro que «no queremos saber nada de elementos anti-socialistas».
La incertidumbre sobre la salida que pueda tener la crisis en Polonia parece afirmarse sobre las perspectivas de un acuerdo. La radio de Szczecin, la antigua Stettin, informó ayer que se notaba una gran actividad en el mercado negro y que ciertos productos de primera necesidad comenzaban a faltar
A pesar de las muestras de inquietud, la voluntad negociadora se mantiene por ambas partes. En la tarde de ayer comenzaron su actividad en Gdansk una serie de grupos de trabajo formados para estudiar cuestiones de detalle de las veintiuna peticiones elevadas por los huelguistas al Gobierno. Radio Gdansk, que aludió a esta iniciativa, informó también que el pasado jueves «se alcanzó una aproximación de puntos de vista» en el análisis «responsable y constructivo» de los puntos dos, tres y cuatro, que se refieren al derecho de huelga, respeto a la libertad de expresión, impresión y publicación, y restablecimiento de los represaliados por los sucesos de 1970 y 1976
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