Representantes de 145 países debaten los tipos de interés, las materias primas y el proteccionismo
Se inician hoy en Belgrado las reuniones preparatorias de la VI UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo), que el lunes inaugurará en la capital yugoslava un mes de sesiones, con asistencia de jefes de Estado o de Gobierno o ministros y altos funcionarios de 145 países. Se trata de un foro de diálogo sobre los problemas económicos que separan al mundo de los países desarrollados del de los Estados en desarrollo. Estos últimos plantean que la espectacular caída del precio de las materias primas, el alza de los tipos de interés que sobrecargan su deuda exterior y el proteccionismo no son más que medidas paliativas a corte plazo, que a largo término ahondan más la crisis de todos.
Estados Unidos, según algunas opiniones de los expertos, viene de Williamsburg a Belgrado con muy pocas modificaciones a su concepto de un mundo desarrollado en el que está destinado a ser la locomotora para salir de la crisis. Primero se impone la recuperación estadounidense y a ella seguirá la de todo el mundo. No se ha confirmado todavía la asistencia a Belgrado del ministro español de Economía, Miguel Boyer, y es probable que España esté representada el día 8 por el secretario de Estado de Comercio, Luis Velasco, dentro de una línea a caballo entre las tesis más moderadas de los desarrollados y la comprensión hacia el Tercer Mundo, los países latinoamericanos sobre todo.
Voluntad de diálogo
A la luz de las cinco UNCTAD celebradas hasta la fecha, tras la quinta de Manila-1979, poco se puede esperar en ésta. Pero la magnitud de la crisis mundial ha reforzado la voluntad de diálogo entre ricos, pobres y muy pobres, esperando que no se den ya posturas tan maxintalistas como en anteriores conferencias de tercermundismo combativo de un lado y apego incondicional al líbrecambismo, del otro.Según el secretario general de la UNCTAD, Gamani Corea, de esta reunión tendrían que salir tanto medidas revitalizadoras de la economía de los países industriales desarrollados como impulsos aceleradores del proceso de desarrollo de unos Estados pobres cuyos productos nacionales brutos están en su mayoría estancados, si no en receso. Ahí se incluyen los casos de colosos como Brasil, México y Argentina, y hasta países que, como el Chile de Pinochet, acataron al pie de la letra el dictado de los economistas de la escuela de Chicago y ahora están al borde de la bancarrota.
El pacto entre el Tercer Mundo y el mundo desarrollado tiene más posibilidades de realizarse a partir de posturas como la de la comisión Brandt, que pregonan un aumento de la liquidez mundial a base de doblar las cuotas mónetarias al Fondo Monetario Internacional y de otras medidas financieras que lleven a aliviar esta crisis de todos. Estados Unidos, opuesto antes, accedió, a raíz de la casi catástrofe económica mexicana, a un aumento de las cuotas del 50%. En Williamsburg, Estados Unidos acabó aceptando el proyecto Mitterrand, acariciado por los países no alineados, de celebrar una conférencia mundial sobre el sistema monetario internacional.
Tres grupos de países
En la UNCTAD han acabado aglutinándose tres grupos de países movidos por intereses similares: los desarrollados de economía liberal, los del Tercer Mundo y los países socialistas. El 13 de mayo, el semanario soviético Tiempos Nuevos afirmaba que "no es un secreto para nadie que círculos ínfluyentes de Occidente intenten utilizar la cooperación comercial e internacional como arma de presión y chantaje político". La Unión Soviética rechaza en estas conferencias asumir las responsabilidades, que el colonialismo y el liberalismo occidentales tienen sobre la situación de los condenados de la tierra.Con Estados Unidos coincide Moscú en un gesto por el trato bilateral, de amigo a amigo, con determinados países del Tercer Mundo. Si EE UU promete ayuda a éstos, garantiza seguir las directrices del Fondo Monetario Internacional y una política monetarista ortodoka, la URSS aquellos ayuda al sector del Tercer Mundo prosoviéticamente revolucionario.
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