Un policía nacional, asesinado en un atraco de 40 millones a una joyería de Valencia

El policía nacional Manuel Rodrigo Berenguer, perteneciente a la Unidad de Motos, resultó muerto ayer por la mañana en Valencia, a consecuencia de un disparo realizado por uno de los autores del atraco a una joyería del centro de la ciudad. Los atracadores, que no fueron detenidos, consiguieron escapar con un botín que los propietarios cifran en 40 millones de pesetas en joyas de oro y diamantes. Los joyas estaban aseguradas.El policía nacional que contaba 48 años de edad estaba casado y era padre de dos hijos.

El atraco se produjo en torno a las 11.30, cuando en la Joyería Mira, ubicada en el primer piso de la calle de Correos, se encontraba Encarna Mora, hermana del propietario -Fernando Mira- y el encargado, Enrique Carbonell.

De acuerdo con la versión de los hechos ofrecida a este periódico por Antoni Mora, hermano de Encarna, a esa hora llegaron un hombre y una mujer, elegantemente vestidos, de entre 38 y 39 años, que hablaron siempre en inglés y que pidieron ver joyas para comprar. Cuando se las estaban mostrando, llamaron a la puerta y apareció otro hombre. En el momento en que éste todavía no había atravesado la puerta de cristal blinda do que hay a la entrada del piso y cuando Encarna Mora se disponía a abrirla, el primer individuo sacó una pistola y les conminó a que se tumbasen en el suelo.

Al resistirse Encama Mora, que a partir de ese momento experimentó un estado de gran excitación nerviosa, los atracadores le dieron un golpe en la cabeza.

La hermana del propietario de la joyería y el encargado fueron inmovilizados con cuerdas y correas. A continuación, y con gran rapidez, los atracadores vaciaron el contenido de las cubetas que se encontraban en el interior de la caja fuerte, lo que conectó un sistema de alarma que alertó a la policía y acudieron dos miembros de la Unidad de Motos de la Policía Nacional.

Los atracadores introdujeron las joyas en un maletín y abandonaron el local de la joyería. En ese momento, Josefa Aranda la portera del inmueble se encontraba limpiando la entrada. De acuerdo con su relato de los hechos, salió en primer lugar un hombre con un maletín e inmediatamente después llegaron los dos policías nacionales. Uno de ellos entró en el edificio y encontró a dos hombres que bajaban. Al pedirles la documentación uno de ellos sacó una pistola y le disparó en el pecho. Este mismo individuo hizo dos disparos más, que no alcanzaron al otro policía, y los dos atracadores salieron corriendo sin ser detenidos.

El policía herido, que había sacado su pistola reglamentaria pero no tuvo tiempo de dispararla, pudo todavía decir unas palabras y la portera lo sostuvo unos instantes antes de que perdiese el conocimiento. Ella llamó inmediatamente a un taxi, que condujo al herido al centro sanitario La Fe, donde falleció poco después de ingresado, sin que llegase a ser intervenido. De acuerdo con la versión de la Jefatura Superior de Policía, el agente presentaba un orificio de entrada a la altura de la tetilla izquierda y otro de salida en la espalda.