Precisiones de Teresa Berganza

Procedentes de la agencia Efe, han aparecido en varios periódicos informaciones diversas referentes a mis actuaciones y cancelaciones de conciertos en España, todas ellas organizadas por el Ministerio de Cultura. Para que el conocimiento de los hechos sea el adecuado, le ruego la publicación de estos párrafos. Por lo que se refiere a la agencia Efe, su falta de información exacta en el mundo de la música está ya a punto de aceptarse como proverbial. Recuerdo la impresión que hace años produjo la noticia de que en Salzburgo se me había roto una cuerda vocal.

En cuanto a mis criticadas cancelaciones, debo decir que suspendí el concierto inaugural del Festival de Granada, con la Orquesta de Cámara de Holanda, porque me ofrecieron un solo y único ensayo en la misma mañana del día del concierto. Y, cosa que en Espafía no se pudo saber, tres días antes, con la misma orquesta y con el mismo programa que el previsto en Granada, había suspendido ya otro concierto en Strasburgo, porque dicha orquesta exigía que debía ir a ensayarlo a Amsterdam; es decir, se me privaba del conocimiento de las condiciones acústicas de la sala donde debía tener lugar el concierto. Ningún profesional que se respete y que posea unos mínimos de exigencia artística puede aceptar estos condicionamientos.

Por otra parte, yo no he anulado ninguna actuación de Carmen en Madrid, por la sencilla razón de que nunca he tenido ningún contrato para ello. La única verdad es que el subdirector general de la Música me hizo al respecto una proposición formal, y debo decir que generosa; que esta proposición vino -como siempre- a corto plazo; que yo prometí considerarla; que eso hice y que no pude aceptarla, fundamentalmente porque me hubiera visto obligada a anular otros contratos, seis en concreto, firmados con varios años de antelación. En su día comuniqué, por escrito, esta mi no aceptación, que no cancelación, a dicho subdirector general, y envié copia de la carta a la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid. Ni del uno ni de la otra recibí un simple, somero y cortés acuse de recibo.

Por lo demás, nunca he pretendido satisfacer ningún esfuerzo de la Administración española. Sépase que en 25 años de carrera artística internacional tan sólo en cinco ocasiones he recibido sus invitaciones. Lo que sí deseo y pretendo es satisfacer las justas ansias del público, y que por darle a ese público cumplida satisfacción es por lo que seguiré negándome siempre a aceptar todo cuanto por causa mía o ajena no pueda ofrecer garantías de alto nivel artístico.

Por lo mismo, y por lo que respecta al recital que debía haber ofrecido el pasado día 3 en el Teatro Real de Madrid, lo he cancelado porque la afección que padezco estos días no me permite ofrecer el ciento por ciento de mi arte. Nunca en mi vida he acudido ni acudiré a los servicios de ciertos médicos que fuerzan y violentan a la naturaleza humana. /