Se cumple un mes del 'caso Salomó' sin nuevas vistas conocidas
Mañana se cumple un mes del asesinato de María Teresa Mestre, esposa del industrial Enrique Salomó, procesado por el fraude del aceite de colza. El cadáver descuartizado de la mujer fue descubierto en un descampado de Cambrils situado muy cerca de su casa.Varias personas, entre ellas amigos de la familia, han declarado a lo largo de las últimas semanas, ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Reus (Tarragona), en relación con el asesinato.
El juez instructor, Mariano Muñoz, que decretó el secreto sumarial del caso el pasado día 1, aseguró ayer a este diario que "las investigaciones siguen al mismo ritmo que hace un mes".
En ambos cuerpos se tiene la impresión de que el caso se resolverá en un corto plazo. Altos mandos policiales aseguran que "cuando detengamos a alguien todos podrán tener la certeza de que se trata del asesino. En este caso ya se han cometido muchos errores e intentaremos que no se vuelvan a repetir". Este diario, por otra parte, ha podido saber que las pesquisas del asesinato de María Teresa Mestre han llevado a algunos investigadores a distintos puntos del país, sin que se conozcan, por el momento, las razones ni las personas implicadas en tales investigaciones.
María Teresa Mestre Guitó desapareció de su domicilio el pasado 9 de enero, después de acompañar a su hija a la estación de ferrocarril ole Reus y de efectuar unas compras en diversos comercios de Tarragona. Pocas horas después, el hijo de María Teresa localizó el coche de su madre en un camino cerca de Salou y denunció el caso a la Guardia Civil. En el interior del vehículo sólo pudo encontrarse el bolso y el abrigo de su madre, así corno las compras efectuadas por ésta horas antes.
Tras, varios días de silencio y de incógnitas no resueltas, una carta que reivindicaba el secuestro, firmada por las siglas GAG, hizo suponer a los investigadores que la desaparición de María Teresa Mestre no era un montaje, tal como se pensó durante los días siguientes a su extraña desaparición. Catorce días después unos basureros de Cambrils encontraron el cadáver de la mujer, que había sido descuartizado con una sierra eléctrica en cuatro trozos. La principal hipótesis planteada fue la de la acción de algún psicópata vinculado por lazos de amistad a la familia Salomó, aunque no se descartaba totalmente que el asesinato pudiera ser una venganza de la mafia del aceite o la acción de unos delincuentes comunes temerosos de ser descubiertos.
El 31 de enero, la Audiencia Nacional, aduciendo razones humanitarias, otorgó a Enrique Salomó la prisión atenuada, lo que permitió al industrial aceitero abandonar la prisión de Tarragona y trasladarse a vivir a una casa junto con sus hijos, donde permanecen bajo vigilancia policial.
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