La autopsia revela que el policía Castán murió de una lesión producida durante una paliza
El policía nacional supernumerario José Manuel Castán, de 34 años, falleció el jueves de un "edema agudo de pulmón", una de las lesiones que le fue diagnosticada en el hospital en que fue ingresado a consecuencia de la paliza que recibió en unas dependencias policiales madrileñas a principios del pasado mes de diciembre. El abogado Juan Manuel Hernández Rodero, representante de la acusación particular, declaró ayer que va a ampliar la querella criminal presentada en su día ya que cree que se encuentra ante un caso de "delito de torturas con resultado de muerte".
Hernández Rodero va a exigir el procesamiento de los inspectores del Cuerpo Superior de Policía, Amador Miralpeix del Pino, de 35 años, y José Manuel Ortiz Prieto, de 29, presuntos causantes de las lesiones que presentaba el policía nacional Castán, a consecuencia de las cuales estuvo ingresado durante 42 días en un centro médico. Estos policías están destinados en el Grupo VI de la Brigada Regional de Policía Judicial.
Apertura de investigación
La querella va a ser ampliada a los comisarios Emilio Ballesteros, jefe de la citada Brigada Regional, y Antonio Garrido, jefe superior de Policía de Madrid. En opinión de Hernández Rodero, a Ballesteros, de quien dependen los funcionarios que supuestamente golperaon a Castán, se le van a exigir responsabilidades penales, mientras que las de Garrido serán administrativas, ya que "ni siquiera puso en conocimiento de las autoridades los hechos".En una conferencia de prensa, a la que asistieron los familiares del fallecido, representantes de la acusación particular y miembros de la Asociación Pro Derechos Humanos, el presidente de esta organización, José María Mohedano, declaró que va a exigir al Ministerio del Interior que "de momento abra una investigación para delimitar responsabilidades".
Mohedano dijo que la Asociación Pro Derechos Humanos va a colaborar con la acusación particular hasta el final y calificó los casos de torturas que se están produciendo en España de "incorrectos e innominiosos en un Estado de Derecho.
Las causas del fallecimiento de Castán fueron conocidas ayer después de que el forense facilitara un avance de la autopsia. Hernández Rodero manifestó que el edema pulmonar pudo ser provocado por los golpes que recibió el policía nacional en las costillas, que quedaron también reflejados en el parte médico. Esto, en opinión de este abogado, ha podido provocar un en charcamiento interno de los pulmones.
El incidente ocurrió el pasado 1 de diciembre en el interior de una discoteca, cuando Castán, policía nacional en excedencia, fue presentado a dos inspectores de policía, a quienes les preguntó por su destinos.
Los inspectores le respondieron pidiéndole la documentación y exigiéndole que acreditara su condición agente de la Policía Nacional, que no pudo mostrar por llevar solamente consigo el permiso de conducir.
Los inspectores Miralpeix y Ortiz le detuvieron y le trasladaron a la Dirección de la Seguridad del Estado (DSE), donde fue sometido a interrogatorio. Según los familiares, José Manuel Castán fue torturado y brutalmente agredido en el trayecto y en las depedencias policiales, en estas últimas con una fusta con una bola de acero.
El parte médico, redactado por los servicios del Hospital Provincial, donde fue ingresado procedente de las dependencias policiales, indica que se le apreciaron a Castán "traumatismo craneoencefálico con fractura del tercio inferior de cara y contusiones múltiples; miocardiopatía hipertrófica obstructiva en fibrilación auricular; edema agudo de pulmón; bronconeunomía, e infección urinaria'.
Hernández Rodero afirmó que nunca había contemplado a una persona tan brutalmente agredida y añadió que Castán ha muerto "sin que nadie le diera una explicación lógica y racional sobre su agresión". En opinión de María del Carmen Castán, hermana del fallecido, que también estaba presente en la conferencia de prensa, "José Manuel ha sido asesinado por terroristas legalizados".
Indicó a continuación que no tenía miedo a recibir represalias o amenazas, ya que pertenece a una familia de muchos policías nacionales y guardias civiles. En este sentido, indicó que prácticamente toda la Policía Nacional se ha solidarizado con su hermano, en especial la Bandera a la que pertencecía, y precisó que esto lo demuestran los ocho policías nacionales que han prestado declaración a requerimiento de la familia.
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