La flota de Ondárroa, decidida pescar, con o sin licencia
Los dos pesqueros españoles Burgoa-Mendi y Valle de Atxondo, que la pasada semana fueron ametrallados y cañoneados por buques de la Marina francesa, atracaron en la tarde de ayer en el puerto vizcaíno de Ondárroa, con un intervalo de dos horas, después de un día de travesía desde su partida del puerto bretón de Lorient. El encuentro de ambas tripulaciones con sus familiares y amigos, tras la tensión vivida en los últimos días, provocó escenas de gran emotividad.El patrón del Burgoa-Mendi, José María Ansola, pidió, poco después de desembarcar, "que los franceses dejen a los arrantzales trabajar en paz", y manifestó la intención de éstos de volver a faenar en los caladeros tradicionales de la flota vasca. "Cuando lo acordemos entre todos", afirmó, "saldremos sin esperar nada más, cueste lo que cueste".
Las palabras de José María Ansola coinciden, por otra parte, con el espíritu que reina entre los pescadores ondarreses, que mantienen su actitud de seguir pescando en lo que consideran sus caladeros tradicionales, tengan o no licencias de la CEE.
La actitud beligerante de los arrantzales ondarreses contrasta con la búsqueda de una salida política al conflicto que intentan las autoridades españolas. Ayer el secretario general de Pesca, Miguel Oliver, se entrevistó en París con su homólogo francés, Jean-Paul Proust. Según la agencia France Presse, la reunión fue acordada durante la estancia del primer ministro francés en Madrid, el pasado fin de semana. El encuentro es valorado en París "como un gesto que confirma el mutuo deseo de apaciguarniento". Se anuncia para los próximos días una reunión de expertos de los dos países y el próximo 27 de marzo se reunirán en Burdeos representantes de organizaciones profesionales pesqueras españolas y francesas.
Página 15 Más información en las páginas 58 y 59
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