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La droga provoca en España casi el 80% de los atracos

Políticos y expertos reunidos en Módena piden medidas internacionales contra el tráfico de drogas

Milagros Pérez Oliva

"Una marea blanca invade Europa. Ningún país está hoy en condiciones de hacer frente por sí sólo a su vertiginoso avance. Es preciso, en consecuencia, adoptar medidas conjuntas, a nivel continental e incluso mundial, para hacer frente a la gran multinacional de la droga". Estas son las principales conclusiones a las que se llegó en el simposio sobre Una política de Europa contra la droga, celebrado entre el 9 y el 11 de este mes en Módena (Italia), organizado por el grupo parlamentario comunista del Parlamento Europeo, al que asistieron representantes de la mayoría de los Gobiernos y numerosos especialistas."El problema de la droga es hoy tan hondo, que sólo puede ser afrontado mediante una acción política continental", decía hace apenas unos días el ministro de Interior del Estado de Renania, en la República Federal de Alemania, después de declararse impotente para frenar el incremento del tráfico en la frontera alemano-holandesa, con un ridículo medio kilo de heroína capturada en un año y apenas 35 kilos de marihuana.

Pero la droga no cae del cielo, como decía el eslogan del encuentro de Módena. Viaja en coche o en camiones Tir, en grandes barcos que jamás salen de las aguas internacionales y en yates que la acercan a las costas. El libre comercio que impera en la mayor parte de Europa facilita extraordinariamente el tráfico de droga. Las estadísticas oficiales hablan de 300.000 heroinómanos en Italia, 100.000 en Francia, 80.000 en España.

En Dublín apenas se conocía la heroína hace tres años. Hoy hay 5.000 heroinómanos, el 10% de los jóvenes de entre 14 y 24 años, según explicó Fionulla Richardson, vicesecretaria general del grupo socialista en el Parlamento europeo. Se cree que en toda Europa Occidental hay cerca de tres millones de toxicómanos. También en los países del Este está penetrando y Varsovia se ha convertido ya en foco emisor.

Unas 2.700 personas fallecieron el año pasado en Europa a causa de sobredosis de heroína. La cifra puede parecer baja, en relación a las muertes que se producen en la carretera, por ejemplo. Pero cada muerte por sobredosis es la punta de un gran iceberg de inseguridad

ciudadana. Y el número de víctimas crece constantemente. En Amsterdam, por ejemplo, se produjeron 59 muertes en 1983, cuando en 1981, en toda Holanda habían muerto por sobredosís 12 personas. En Roma, según explicó el juez instructor de la ciudad, Ferdinando Imposimato, han muerto durante los 70 primeros días de este año 80 personas, frente a las 46 del mismo período del año pasado.

83 muertes en España en 1983

En España hubo oficialmente 83 muertes en 1983, la mayoría de ellas en las áreas metropolitanas de Barcelona, Madrid y Bilbao. Pero en los últimos meses, el aumento ha sido especialmente preocupante en Barcelona. La ciudad actúa como centro redistribuidor para el mercado nacional, por lo que llegan a ella partidas de heroína de mayor pureza destinadas a otras zonas de España, según expuso en Módena el doctor Santiago de Torres, del hospital del Mar de Barcelona. Cuando una parte de esta heroína sale del circuito normal de tráfico para ser consumida, provoca inmediatamente varias muertes. En estos casos, la sobredosis no se produce por inyectar mayor cantidad de droga, sino porque la misma cantidad es más pura, y el drogadicto no tiene forma de saberlo.¿Cómo se ha podido llegar a esta situación?. En 1960, el tráfico de heroína se limitaba prácticamente a los Estados Unidos. En 1970 comenzó a introducirse con fuerza en Europa y en la década que acabamos de comenzar, la marea blanca de la heroína comienza su expansión por Asia. Con la penetración de la heroína en estos mercados tercermundistas, la droga habrá dado la vuelta al calcetín. Los países productores del opio que da lugar a la morfina y a la heroína se están convirtiendo, por las inexorables reglas del mercado, en sus propias víctimas, a pesar de las durísimas medidas que adoptan sus gobiernos contra quienes introducen la droga.

El llamado triángulo del oro, formado por Birmania, Laos y Tailandia, sigue siendo el mayor productor de opiáceos. Hasta 1980, la producción era bastante pobre, pero en los tres últimos años, las cosechas han sido excelentes: más de 600 toneladas cada una de ellas. El aumento de ha oferta ha provocado la ampliación del mercado y el abaratamiento de los precios en el punto de origen. Un kilo de opio costaba hace tres años 900 dólares. En 1984 ha bajado ya a 130 dólares. Lo cual no implica, ni mucho menos, que se abarate en la misma proporción para el consumidor. Aunque el coste inicial es menor, la permanente ampliación de la red sigue encareciendo el producto. Y adulterándolo. Un gramo de heroína, al 80% de pureza, cuesta en estos momentos en Bangkok 2.400 pesetas. En Barcelona o Madrid, un gramo de heroína, con sólo un 10% de pureza, cuesta ya 22.000 pesetas. La relación de precio entre el primero y el último eslabón de la cadena es de 1 a 4.000.

Pero no sólo los cultivos de opio crecen. También los de coca, de la que se extrae la cocaína, crecen en América latina, particularmente en Bolivia, que en 1979 tenía 28.000 hectáreas y ahora tiene 36.000. En toda América latina se cultivan unas 100.000 hectáreas de coca. Por eso ha bajado tanto el precio de la cocaína, una droga considerada de elite: un kilo costaba hace dos años en los Estados Unidos 80.000 dólares. Ahora cuesta 30.000.

Un negocio colosal

El gran negocio se ha producido en el trayecto. El camino de la heroína, la droga que más preocupa en estos momentos, por las secuelas que deja, es ilustrativo. Las grandes mafias del sur de Francia e Italia, con sus incrustaciones norteamericanas, son las que han controlado tradicionalmente los medios para transformar el opio, como anhídrido acético, un producto imprescindible para convertir la morfina en heroína. Hasta 1970, las grandes refinerías se concentraron en la zona de Marsella, desde donde la droga se trasladaba luego a los Estados Unidos. Pero con la desarticulación de la llamada French Connection, el campo de operaciones se trasladó a la zona de Sicilia, por cuyas refinerías pasa actualmente el 50% de toda la heroína que se trafica en el mundo y el 70% de la que va a parar a los Estados Unidos. Por eso Palermo es hoy la ciudad europea que detenta el mayor índice de sucursales bancarias por habitante. Y tampoco es casualidad que una ciudad como ésta tenga, curiosamente desde hace tres años, dos vuelos semanales directos a Nueva York. Anisterdam es otro importante centro de transformación. De estos dos puntos proviene la mayor parte de la heroína que se consume en España.La multinacional de la droga está alcanzando tal volumen que amenaza con descontrolarse. Los intentos de penetrar en ella son constantes y no pocos de los secuestros que se realizan tienen la finalidad de reunir una cantidad de dinero suficiente para poder engancharse a la cadena del tráfico. Las sucesivas ofensivas del Gobierno italiano contra la mafia siciliana, aunque infructuosas hasta ahora, han creado un cierto nerviosismo. La reacción mafiosa es tremenda y apunta con precisión. Con el asesinato del general De la Chiesa demostro su capacidad para actuar en cualquier momento. "Era patético ver llegar a la sala de reuniones de Módena a Giovani Falcone, juez instructor de Palermo, condenado a vivir en un bunker, trasladarse en vehículos blindados y avanzar cada paso materialmente cubierto por los corpachones de sus guardaespaldas", explica el doctor Santiago de Torres. 32 gorilas ha destinado el Gobierno italiano a la protección exclusiva del magistrado Falcone.

Esta guerra permanente ha obligado a la Mafia a trasladar a Pakistan algunas refinerías, desde las que se redistribuye la heroína en toda Asia, donde en países como Pakistán o Tailandia, crece el número de heroinómanos de forma alarmante.

El tráfico de drogas se comporta hoy de acuerdo con las reglas del mercado sin demasiados problemas. Lo demuestran las ridículas cantidades de droga que consiguen interceptar las policías de todos los países. Pero la red tiene un punto vulnerable, un problema cada vez más difícil: cómo lavar la cada vez más ingente cantidad de dinero negro que genera. Hasta hace poco, el flujo del dinero negro tenía dos destinos: Suiza y Austria, donde las cuentas bancarias son aún anónimas.

La 'italianización' de España

Pero el volumen del tráfico es tan grande, que obliga a sus cerebros a modificar sus métodos tradicionales. Por ejemplo, utilizando la droga como moneda en tráfico de armas y el contrabando de joyas y objetos robados. O creando empresas legales con las que reconvertir del dinero. En Milán, Marsella, Lyon, en las grandes conglomeraciones industriales. "Hemos encontrado ramificaciones mafiosas incluso en España", dijo Giovani Falcone. El caso Bardellino fue uno de los ejemplos citados para ilustrar cómo los procedimientos mafiosos están extendiendo sus redes a poderes públicos de países hasta ahora vírgenes. Hay indicios de que existen en Cataluña varias de estas empresas legales para el lavado del dinero negro. En este sentido, y para abordar la situación de la lucha contra la droga en nuestro país, el doctor Santiago Torres se refirió a la "italianización de España" en su exposición."El problema de la droga es un problema internacional, y como tal hay que abordarlo", dijo Edward Bennet, director de la comisión de Sanidad y Seguridad de la CEE. El problema es cómo hacerlo. Algunos países apuntan algunas medidas que pueden ser útiles. En el Parlamento italiano, por ejemplo, se encuentra pendiente de discusión un proyecto de ley que si se aprueba, permitirá exigir la justificación de los ingresos que se hagan en las cuentas bancarias. "Las medidas que se adopten no deben atentar contra la libertad y la conciencia de la persona", dijo Jean March Borello, miembro de la comisión interministerial creada por el gobierno francés para la lucha contra la droga.

En Módena se abogó por afrontar el problema en su raíz: la producción de la droga. Existen ya algunos instrumentos, como la UNFADC (Fondo de las Naciones Unidas para el Control del Abuso de la Droga), cuyo principal objetivo es lograr que los actuales cultivos de opio y de cocaína se transformen en cultivos de cacao y otros productos. Pero su presupuesto, de aportación voluntaria por los países participantes, son ridículos para semejante empresa. En los 20 años de su existencia, este organismo ha manejado apenas 70 millones de dólares. Una gota de agua en el océano.

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