Satisfacción en Nicaragua y Costa Rica por la mediacion conjunta de Contadora y la OEA
Una comisión del Grupo de Contadora, asistida por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), João Clemente Baena, investigará los sucesos ocurridos el 31 de mayo en la frontera de Nicaragua y Costa Rica, donde murieron dos guardias civiles de este último país. El Gobierno de San José propuso al organismo panamericano como árbitro exclusivo del conflicto y Managua hizo lo propio con el Grupo de Contadora. Una decisión salomónica satisfizo, finalmente, a los dos litigantes.Las negociaciones entre las partes se prolongaron en la sede de la OEA durante todo el viernes, con un papel muy activo del embajador argentino, Gastón de Prat, que propuso la fórmula conciliadora. Ambas delegaciones consultaron telefónicamente con sus respectivos Gobiernos antes de dar el visto bueno al proyecto de resolución, que después de intensos cabildeos se aprobó por unanimidad.
En medios diplomáticos se asegura que Nicaragua aceptó la inclusión del secretario general de la OEA en la comisión investigadora después de una llamada telefónica del presidente colombiano Belisario Betancur a su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega. El canciller de Costa Rica, Carlos José Gutiérrez, retiró su propia propuesta en aras del consenso.
La resolución de la OEA reitera su apoyo a los esfuerzos pacificadores que el Grupo de Contadora lleva a cabo en la región centroamericana, pero al mismo tiempo recuerda a todos los países del continente su compromiso de contribuir a esa gestión. Desde hace dos años el organismo panamericano ha delegado sistemáticamente cualquier asunto sobre Centroamérica en manos del grupo mediador que crearon Colombia, México, Panamá y Venezuela. En esta ocasión decidió por primera vez asumir un papel activo a través de su secretario general.
Gutiérrez se mostró satisfecho con la resolución, aunque se había opuesto inicialmente a delegar el arbitraje en Contadora, porque "a quien actúa como mediador no se le debe encomendar la tarea de constatar si una de las partes agredió a la otra". El mandato explícito de la OEA y la participación de su secretario general constituyen para Costa Rica una garantía suficiente de que la comisión funcionará con efectividad.
El embajador de Nicaragua, Edgar Parrales, rechazó la acusación de que tropas sandinistas hubieran entrado en territorio costarricense para atacar a las dos patrullas de la Guardia Civil. Señaló que el Gobierno de San José trataba de justificar con este incidente la presencia militar de EE UU en la zona, haciendo así un juego peligroso, "ya que si se registra una escalada bélica norteamericana la va a sufrir no sólo Nicaragua, sino toda Centroamérica".
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