Prudencia de la Administración de EE UU en los experimentos de ingeniería genética al aire libre
Las autoridades norteamericanas han concedido recientemente un permiso para efectuar un experimento de ingeniería genética al aire libre, pero han negado la autorización para utilizar un pesticida obtenido por las mismas técnicas. Esta política de prudencia y avance paso a paso se conjuga con la revisión del proceso actual de autorizaciones gubernamentales de todo lo relacionado con la ingeniería genética.
Tras seis meses de revisión científica, la agencia de protección del medio ambiente (EPA) de Estados Unidos ha autorizado a investigadores de la universidad de California a rociar un agente bacteriano vivo, fabricado por ingeniería genética, en pruebas al aire libre a pequeña escala.El permiso ha sido concedido a Steven E. Lindow y Nickolas A. Panopoulos, patólogos de plantas, que han desarrollo una variación de la bacteria Pseudomonas syringae para proteger a las plantas de los daños causados por heladas.
La bacteria modificada es prácticamente idéntica a otra puesta a punto por la compañía californiana Advanced Genetics Sciences, que hace cuatro meses obtuvo el permiso para realizar experimentos de campo. Posteriormente, este permiso fue revocado al tener conocimiento la EPA de que la compañía había realizado pruebas sin permiso en unos árboles plantados en la terraza de un edificio. A la bacteria se le ha extraído un gen que hace que el agua se transforme en moléculas de hielo a temperaturas inferiores a la de congelación, con lo que se ha conseguido que las plantas resistan temperaturas más bajas.
Oposición de los habitantes
Sin embargo, Panopoulos ha reconocido que las pruebas pueden demorarse debido a la oposición de los habitantes de la zona y a demandas judiciales planteadas en Washington. El permiso es el segundo que la EPA concede para la liberación en el medio ambiente de organismos vivos alterados genéticamente. El primero fue concedido el pasado año para experimentar una vacuna porcina que contiene virus vivos.
El pasado martes, la EPA anuncié que no permitirá que la empresa Monsanto Company realice pruebas de campo con un pesticida diseñado por ingeniería genética hasta que se hagan pruebas de seguridad adicionales a las ya realizadas. Los directivos de la empresa han señalado que estas nuevas pruebas tardarán vanos meses en realizarse, lo que implicará que los experimentos al aire libre se demoren al menos hasta el año que viene.
El pesticida experimental de Monsanto está hecho de una bacteria común, la Pseudomonas flourescens, que vive en las raíces de la planta del maíz. Los científicos de la empresa le han añadido un gen a su código genético, que dirige la producción de una toxina natural, que mata algunas plagas del maíz Los experimentos al aire libre se basarían en plantar semillas de maíz bañadas en una solución de este pesticida. Los pesticidas utilizados normalmente para combatir las plagas de este cereal figuran entre los más tóxicos de los utilizados en la agricultura.
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