Tres clásicos del siglo XX
La JONDE es un empeño que estuvo bien planteado por el Ministerio de Cultura y, por lo mismo, ha salido bien. Anda por su quinto año de existencia rodeada de triunfos y por sus atriles desfilan instrumentistas jóvenes de diversas promociones que perfeccionan en el trabajo sinfónico su estilo colectivo que, forzosamente, se refleja también en el quehacer individual. Mérito que corresponde, principalmente, a su director Edmon Colomer, músico bien formado y excelente trabajador de conjunto.En este concierto extraordinario se ha pedido a la JONDE un verdadero estirón pues ninguna de las partituras programadas resulta fácil, incluido el aparentemente familiar y siempre peliagudo Sombrero de tres picos. No digamos nada sobre las dificultades que entraña el Concierto para orquesta, de Bartok, o las de distinto signo propias de La siesta de un fauno.
Joven Orquesta Nacional de España
Director: Edmon Colomer. Obras de Debussy, Falla y Bartok.Teatro Real, 29 de febrero.
Todas las versiones alcanzaron un nivel muy alto, por lo que sería injusto detenerse en ciertos detalles menos positivos, como cierta tendencia de Colomer, esta vez, a la excesiva brillantez no del todo controlada, la relativa consecución por el fagot de la introducción a la Danza del molinero, el excesivo tiempo del Juego de las parejas en la pieza bartokiana o algunos desniveles de planos en Debussy y Falla.
En conjunto, se logró un concierto de limpia ejecución, buen estilo y bellas calidades sonoras hasta en los momentos de mayor intensidad; los anteriores detalles se convierten en minucia. El éxito fue grande y los aplausos se prolongaron al final del concierto.
Babelia
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