Herrero rehúye comprometerse con los planes de Hernández Mancha para el congreso de AP

Antonio Hernández Mancha, presidente nacional de Alianza Popular (AP), y el dirigente crítico Miguel Herrero mantuvieron ayer un almuerzo a solas, tras el que Herrero comentó que su actitud sigue siendo la de "ver, oír y callar, por el momento". En un evidente deseo de permanecer desvinculado de la actual cúpula de AP y eludir un compromiso con los planes de Hernández Mancha ante el congreso del partido, previsto para el próximo enero, negó que ambos hubieran hablado de su colaboración para la formación de una candidatura de ejecutiva nacional encabezada por el actual presidente.Asimismo rehuyó pronunciarse respecto a la disposición de Abel Matutes a asumir el liderazgo del partido si todos los sectores se lo piden.

Mientras, el equipo dirigente de AP está preparando una oferta de amplio debate político ante el próximo congreso del partido, en el que sea sometida a revisión la estrategia del partido, la propia estructura interna de la organización y el sistema de elección del comité ejecutivo y la junta directiva nacional, entre otros aspectos. Esta iniciativa, que será concretada en la reunión de la junta directiva prevista para el próximo julio, fue esbozada por Arturo García Tizón en el último encuentro del comité ejecutivo, el pasado lunes.

Hernández Mancha y sus más estrechos colaboradores han empezado a difundir su disposición a promover un profundo debate político en el seno del partido con motivo del próximo congreso. A la vista de las divergentes definiciones estratégicas que se han producido en los congresos regionales, que en unos casos han reclamado una caracterización de AP como derecha netamente conservadora mientras en otros ha prosperado la vertiente populista, algunos de los máximos dirigentes de AP juzgan que el congreso nacional debe imponer una clarificación y homogeneización.

Quienes abogan por esta labor, entre ellos el presidente y el secretario general del partido, parecen inicialmente más partidarios de rehuir "rigideces ideológicas" y de restablecer unas buenas relaciones con grupos sociales y políticos con los que actualmente AP está enfrentada.

La disposición a discutir éstos y otros aspectos de la vida interna del partido constituye una iniciativa para conducir al terreno de los documentos políticos una batalla que inicialmente se ha situado en el terreno de la lucha personalista.