13 jubilados, muertos en un accidente de autobús ocurrido en las cercanías de Barcelona
PERE RÍOS, Trece jubilados fallecieron a causa de un espectacular accidente de circulación ocurrido a las 0.30 de ayer en la autopista A-7, en el término municipal de Martorell (Barcelona). El siniestro se produjo al colisionar el autocar en el que viajaban los ancianos con un camión que se encontraba estacionado en el arcén. El autobús transportaba a 56 jubilados que regresaban de unas vacaciones en Roquetas de Mar (Almería). La causa del accidente fue, casi con toda seguridad, una disiracción del conductor del autocar, Santiago Merino Anibarro, de 43 años, que resultó ileso y que llevaba más de 12 horas al volante. La juez María del Mar Gan decretó, a las once de la noche de ayer, la prisión incondicional del chófer por "imprudencia con resultado de muerte".
El accidente se produjo en el kilómetro 172 de la autopista A-7, en dirección a Barcelona, a unos dos kilómetros del peaje de Martorell, cuando la parte delantera del autocar, matrícula de Barcelona 6484-HB, colisionó con el lateral del camión frigorífico, matrícula de Cádiz 3442-H, que estaba estacionado en el arcén a causa de una avería mecánica y que había advertido esta situación con la colocación de diversas señales luminosas.Tras la colisión, el autocar, de dos pisos, salió despedido hacia el interior de la autopista y, tras dar varias vueltas de campana, quedó totalmente destrozado. La mayoría de las víctimas mortales fallecieron en el acto, mientras que numerosos ancianos se hirieron al quedar atrapados.
Diecinueve ancianos, en estado grave, se encontraban ayer ingresados en la residencia de Bellvitge y en el Hospital Clínico de Barcelona. Otras 23 personas, con heridas leves, fueron dadas de alta tras ser atendidas en diversos centros sanitarios.
Viajaban despiertos
Varios supervivientes explicaron que kilómetros antes de producirse el accidente el autocar empezó a ladearse mientras circulaba por la autopista, debido, con toda probabilidad, al cansancio físico del conductor. "El autobús parecía una barca; se movía a derecha e izquierda", declaró uno de los heridos. En el momento de la colisión la mayoría de los ancianos viajaban despiertos, pues apenas faltaban 40 kilómetros para el final de viaje.
Santiago Merino llevaba conduciendo el autocar desde las 11 de la mañana del viernes en Jumilla (Murcia). El día anterior, jueves, realizó el trayecto de Barcelona a Jumilla, en el que recorrió más de 600 kilómetros. Este itinerario finalizó en la tarde del jueves. Estos extremos fueron reconocidos ayer por el abogado de la compañía aseguradora del autocar, Antonio Mufloz Úbeda. Ningún representante de la compañía Molíst, a la que pertenecía el autocar, se personó en la mañana de ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Sant Feliu. de Llobregat, en donde el conductor prestó declaración durante más de una hora. En su comparecencia ante la juez, el conductor se exculpó de cualquier responsabilidad en el accidente. El abogado restó importancia al viaje que había realizado el conductor el día anterior y señaló que "antes de volver de Jumilla el conductor había hecho todos los descansos reglamentarios".
A la salida del juzgado, a mediodía, el conductor Santiago Merino, que se encontraba visiblemente atemorizado, agredió violentamente a dos fotógrafos de prensa. A las once de la noche, la juez de San Feliu de Llobregat María del Mar Gan díctó la orden de prisión incondicional para el conductor, por "imprudencia con resultado de muerte".
Aunque la juez informó que los muertos eran 13, los hospitales sólo dieron la identidad de 11 fallecidos, todos vecinos de El Prat (Barcelona): el presidente del hogar de ancianos de la Caixa del Penedés de El Prat, entidad promotora del viaje, Marcelino Ayear Moya, de 71 años de edad; Josefa Moris Buendía, de 68; Francisco Recalde Balda, de 72; Juan García Soriano, de 69 y su esposa Mar¡ Cruz Carbonero Fuentes, de 68; Antoni Romeu Olivé, de 76; Sabina Borrull Torner, de 70; Elvira Simón Riera, de 69; Eduvigis Cea Racilla, de 56; Manuel Ruiz Álvarez, de 64, y Josefa Simarro Molina, de 82 años de edad.
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