Escritores y diputados de la URSS denuncian fugas de gases de pruebas nucleares
Cuatro respetados escritores y diputados soviéticos han denunciado la fuga de gases procedentes de excplosiones nucleares realizadas los días 12 y 17 de febrero pasado in el polígono militar de Semipalatinski, el principal centro de pi uebas nucleares de la UR SS, en la república asiática del Kazakistán.
Así lo anunció ayer el escritor Yuri Plotnikov durante un acto celebrado en la sede de la Unión de Escritores de la URSS, en Moscú, donde se fundó un comité independiente de profesionales de la pluma para apoyar la perestroika y forzar a la Unión de Escritores a posiciones más radicales.La Unión Soviética mantuvo una moratoria de sus pruebas nucleares entre agosto de 1985 y fines de febrero de 1987. Decenas de miles de cartas procedentes de Siberia occidental y el Altai soviético se han sumado, según Plotnikov, al primer movimiento contra las pruebas nucleares en la URSS.
Los firmantes de la denuncia son Olzhas Suleimenov, Saizn Miratbekov, Dimitri Snegin y Kadir Murzaliev. El primero de ellos es considerado uno de los mejores poetas de la Unión Soviética, es jefe de la Unión de Escritores de Kazakistán y diputado del Soviet Supremo de la URSS, y los otros tres, del Soviet Supremo de Kazakistán. En esta república, especialmente en las zona: próximas a los polígonos de prueba, "se observa desde ha,-e tiempo un aumento de las enfermedades causadas por a radiación", afirma el texto suscrito por los cuatro.
Plotnilkov que reside en Alma Ata, informó de la creación (te ina comisión gubernamenta investigadora presidida por un viceministro de Defensa y una comisión reptiblicana r residida por un viceministro de Kazakistán. La información sobre la supuesta fuga, dijo, ha sido silenciada por los medios de comunicación de la URSS.
Los escritores se muestran reticente; ante las aseveraciones oficiales, según las cuales el estado de la radiactividad en la zona de pruebas y sus alrededores es normal. Aseguran que las expectativas de vida en Kazakistán se han reducido en cuatro años en relación a hace una década. La culpa, aseguran, está en el "creciente nivel de radiactividad en el suelo, en el agua y en los productos alimenticios".
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