Llueve sobre mojado
La actuación de la filial española de Drexel y el expediente abierto por la Comisión Nacional del Mercado de Valores es un paso más de la azarosa vida de la instrumental los últimos tiempos. La compañía ha estado en el ojo del huracán de las investigaciones de la Securities Exchange Commission (SEC) norteamericana, el organismo que vigila el buen funcionamiento de Wall Street.Hace menos de un mes que la casa matriz de esta sociedad, Drexel Burnham Lambert, se declaró dispuesta a pagar una multa de 650 millones de dólares (más de 75.000 millones de pesetas) en concepto de multas y daños y perjuicios por seis casos de fraude bursátil.
Drexel es ahora una sociedad semi-intervenida y que tiene prohibida desde principios de año su actuación en la bolsa de Nueva York. El anterior presidente de la sociedad, Michael Milken, fue destituido por la SEC a finales de marzo y tuvo que hacer frente, en abril, a una fianza de 600 millones de dólares después de haber comparecido a un juicio en el que se enfrentaba a 98 acusaciones de fraude y conspiración.
El negocio de los bonos basura, títulos de alto riesgo que emiten empresas de dudosa solidez financiera, unido a la utilización de información privilegiada en las operaciones bursátiles, fueron los dos flancos que provocaron la investigación de la SEC y, como consecuencia, la imposición de multas posteriores.
Desde que pagó la millonaria multa, Drexel ha tenido que reducir su plantilla en un 40%, mientras sus actividades como banco de inversiones han caído en picado, según ha declarado el consejero delegado de la firma, Fred Joseph.
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