Superioridad subterránea iraquí
La evaluación del daño producido por los bombardeos es una tarea complicada en toda guerra. Las dificultades técnicas, tales como la nubosidad y el dilucidar si el objetivo ha sido destruido o solamente tocado, así como las tácticas de engaño del enemigo, tales como el uso de señuelos, han dado lugar a análisis defectuosos en el pasado. En la Operación Tormenta del Desierto, los aliados se encuentran con la dificultad adicional de enfrentarse a unas fuerzas iraquíes bien atrincheradas y a una red subterránea diseñada para resistir incluso un ataque nuclear de pequeñas proporciones.El empleo de la fuerza aérea desde la I Guerra Mundial, con el pánico creado por las incursiones de los bombarderos alemanes Gotha sobre Londres, marcaron el carácter de la guerra del siglo XX, la utilización de objetivos civiles para quebrar la moral y la espina dorsal del enemigo. En los años de entreguerras, los estrategas militares de la guerra aerea, como el italiano Giulio Douliet, el estadounidense Mitchel y el mariscal del aire Trenchard, fundador de la RAF, vieron en la fuerza aérea la posibilidad de bombardear los objetivos civiles y económicos del enemigo (con armas convencionales y químicas) para empujar a la aterrorizada población a rendirse rápidamemente.
La experiencia de la RAF en Afganistán e Irak en la década de los veinte y la de los italianos en Abisinia entre 1935 y 1936, hizo del recurso a la fuerza aérea el arma ideal para mantener el control sobre los imperios coloniales a un precio bajo en vidas y dinero.
La II Guerra Mundial y la aparición de armas nucleares cambiaron este concepto sobre la fuerza aérea. El blitz sobre Londres en 1940 y la campaña de bombardeos estratégicos de la US Air Force y de la RAF sobre Alemania entre 1942 y 1945 demostraron la inutilidad en términos militares del bombardeo de objetivos civiles, y lo efectivos que resultaban en el bombardeo de objetivos económicos y militares desprotegidos. Pero se aprendió otra lección: los recursos económicos y militares pueden protegerse con eficacia. contra los bombardeos aéreos tras la sorpresa inicial.
La utilización de la fuerza aérea de 1945 a 1957 se centraba en la posibilidad de lanzar un ingenio nuclear sobre la URSS y China; ésta es la época de los bombarderos intercontinentales del SAC, el Mando Aéreo Estratégico, cuyo comandante en jefe, el general Curtis LeMay, garantizaba que la fuerza aérea sería capaz de derrotar al enemigo. El más efectivo de ellos era el B-52, actualmente empleado en el Golfo en sus últimas versiones.
La era de los misiles
Con el lanzamiento del Sputnik misiles y tuvo que buscarse un nuevo papel para la enorme flota de bombarderos que, aun manteniendo algunas funciones en la estrategia nuclear, se concentraría en acciones de bombardeo estratégico.
Las campañas de los B-52 sobre objetivos militares en 'Vietnam del Norte, Laos y Camboya resultaron efectivas hasta que el general jefe de las fuerzas norvietnamitas, Nguyen Giap decidió situar a sus soldados en subterráneos
La experiencia bélica precedente en Oriente Próximo demuestra que las guerras eran demasiado breves (con excepción de la irano-iraquí), que los contendientes tenían un número de bombarderos insuficiente para llevar a cabo una campaña de saturación contra las fuerzas terrestres y que las fuerzas aéreas se utilizaban conjuntamente con las de tierra, ya que el objetivo era terrestre: para Israel, obtener fronteras defensivas, y para los árabes, la recuperación de Palestina.
De esta forma, somos testigos de un nuevo fenómeno de la guerra moderna: tras arrasar de forma continuada las posiciones de la Guardia Republicana con bombardeos de saturación por los B-52, buscando provocar efectos Psicológicos en los soldados y aislarlos del exterior, y con bombardeos de precisión, el mando aliado con todos sus sistemas de vigilancia señala que sólo del 15% al 25% de su capacidad militar se ha visto afectada.
Esto puede deberse a dos razones:
1. La naturaleza de la Guardia Republicana, liderada por Hussein Kamel Hassan, de 37 años, yerno del presidente iraquí, está mejor entrenada, pagada, alimentada y formada, que el resto de las fuerzas iraquíes. Cuentan con ocho años de experiencia militar durante la guerra con Irán, en la que vivieron en combate permanente, ya que estaban acostumbrados a llevar a cabo cada ofensiva y a cubrir cualquier brecha a lo largo del frente. 2. Los cuarteles subterráneos ultraseguros de la Guardia invulnerables a los bombardeos aéreos. Más de 1.000 hombres de cada unidad sobreviven a los ataques de los B-52 viviendo en túneles de cemento, abastecidos de munición, con instalaciones sanitarias, cocinas y, ante la eventualidad de la utilización de armas químicas, en habitáculos a prueba de contaminación. Incluso sería difícil que una bomba nuclear perforara el muro exterior. Los bombardeos de precisión han conseguido penetrar a través de la red de ventilación, que aparte de un ataque por tierra es la única forma en que un fortín de este tipo puede ser destruido. Incluso las tropas no atrincheradas en estos bunkers se sitúan en posiciones que sólo un impacto directo puede destruir.
De esta forma, las cifras hechas públicas por los aliados acerca de los efectos de los bombarderos sobre estas unidades no son sorprendentes, ya que la utilización de la fuerza aérea, que es efectiva en otras acciones, destruyendo puentes, comunicaciones y en el apoyo a las operaciones terrestres, no lo es tanto cuando se trata de un objetivo militar reforzado.
Andrés S. Serrano es master en Estudios sobre la Guerra por el King's College de Londres.
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