El reto de los disturbios
Nadie debería sorprenderse por la nueva ronda de disturbios urbanos. Los alborotos por imitación son un triste fenómeno. Comenzaron en América en la década de los sesenta, y en el Reino Unido, en separadas oleadas, en los ochenta. (...) Hay montones de estudios que demuestran cómo los jóvenes que han atraído la atención nacional con una explosión de violencia pueden intentar repetir la acción para reforzar esta notoriedad. (...) El disturbio de esta semana es diferente a los últimos enfrentamientos en Oxford y Cardiff en varios aspectos. (...) Por ello, ¿qué debería decir el ministro del Interior en su informe al primer ministro? Debería explicar las difíciles decisiones a las que se enfrenta la policía. ¿Cómo juzgar cuánta fuerza se necesita desplegar? Los indicadores cruciales, como motivación política y coordinación de los amotinados, son difíciles de medir cuando la violencia estalla repentinamente de noche. Generalmente, reina el caos y la confusión. ¿Cuánto tiempo se debe esperar a los refuerzos? No hay reglas estrictas. (...) El primer ministro no debería ignorar las conclusiones del informe del Ministerio del Interior sobre los disturbios en las ciudades en 1981. Se identificaron tres causas principales: el desempleo, el aburrimiento y la imitación. Los ministros no pueden hacer mucho sobre este último fenómeno. Pero deberían preocuparse mucho más en atajar el paro y las deterioradas condiciones sociales en los centros de las ciudades. (...), 11 de septiembre
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