Exposicion malévola
Quiero contestar por dignidad personal a un artículo escrito en EL PAÍS el 10 de enero de 1992, y que se firma con el nombre de Pedro Schwartz (catedrático de Economía), donde hace una exposición parcial y malévola de la actividad política y social de los comunistas españoles a través de la historia, lo que constituye una difamación a nuestra conciencia humana y comunista. Mire, en el año 1936 fuimos unos de los más ardientes organizadores y defensores del Frente Popular que se opuso al fascismo en nuestro país. Después de que terminara nuestra guerra civil, los comunistas continuamos la lucha incansable contra la dictadura del general Franco por la libertad, la democracia y los derechos humanos; después de terminada nuestra guerra civil, la dictadura fusiló a 165.000 comunistas por el solo hecho de serlo. En el año 1957, el Partido Comunista de España propuso a los españoles la reconciliación nacional, terminar con el resentimiento, unir fuerzas para, pacíficamente, establecer en España un régimen de libertad y de derechos.En cuanto al exterior, el Partido Comunista de España protestó enérgicamente al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) por la acción del Ejército soviético en Hungría y Che-
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coslovaquia, y desde entonces las relaciones entre los dos partidos fueron muy tirantes. Todo esto lo ha dicho y repetido el PCE muchas veces, pero usted, señor Schwartz, ladinamente, lo silencia en su artículo.
Realmente, lo que sucede es que ha comenzado una nueva etapa de la historia en la que los acontecimientos se producen con asombrosa rapidez. Los comunistas españoles somos conscientes de que tenemos que comenzar desde cero, pero observamos también que esos acontecimientos nos están dando la razón en nuestra lucha histórica por la transformación del mundo. Debo decirle, señor Schwartz, que el PCE no tiene ninguna culpa de lo que está sucediendo en el país argelino, pero, eso sí, asume con orgullo su lucha histórica, con sus aciertos y errores, por un mundo mejor, pero sin arrodillarse ante nadie-
Talavera de la Reina, Toledo.
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