65 trabajadores de un asilo 'dan positivo' a la tuberculina
La muerte por tuberculosis de la anciana Elsa Bademan, ingresada en una residencia gestionada por la Comunidad de Madrid (véase EL PAÍS del pasado 23 de marzo), motivó ayer la comparecencia en la Asamblea de los consejeros de Salud, Pedro Sabando, y de Integración Social, Elena Vázquez.Los integrantes del Gobierno regional señalaron que las pruebas practicadas a los trabajadores de la Gran Residencia de Carabanchel dieron reacción positiva en 65 casos, de los que 11 fueron derivados a un centro de enfermedades del tórax.
La consejera de Integración Social relató en la Asamblea que Elsa Bademan, de 89 años, llevaba 16 años ingresada en la Gran Residencia de Carabanchel. El pasado mes de enero sufrió una recaída en su enfermedad pulmonar crónica y fue internada en el hospital Doce de Octubre. Los análisis confirmaron que padecía tuberculosis.
El 10 de febrero, los médicos de la residencia transmitieron a la Consejería de Salud la declaración obligatoria del caso de tuberculosis activa. La anciana falleció el 19 de febrero en el hospital de San Rafael.
Por su parte, el consejero de Salud, Pedro Sabando, precisó que Elsa Bademan padecía una enfermedad pulmonar crónica y una patología cardiaca. Precisamente, un paro cardiaco es la causa de su muerte, según el certificado de defunción. Sin embargo, el consejero también confirmó que se le había diagnosticado tuberculosis pulmonar.
Entre los 300 residentes del asilo de Carabanchel, sólo siete tuvieron una reacción positiva a la prueba de la tuberculina. Sin embargo, entre los 241 trabajadores del asilo, un total de 65 dieron positivo. Las radiografías efectuadas a 87 trabajadores revelaron que 11 personas sufrían un mayor grado de infección -fueron remitidas al Centro Sanitario de Enfermedades del Tórax de la Comunidad-, aunque los análisis no reflejaron ningún caso de tuberculosis activa.
Para el consejero de Salud, el porcentaje de casos de reacción positiva en la residencia de Carabanchel es el habitual en el conjunto de los ciudadanos, y más bajo que el que suelen registrar los colectivos de trabajadores sanitarios.
El diputado del Partido Popular Roberto Sanz Pinacho aseguré que en el asilo de Carabanchel se había detectado la presencia de roedores. La consejera de Integración Social desmintió al diputado del PP, pero admitió que un ala de la Gran Residencia está clausurada.
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