Presuntos mafiosos matan a un hombre en un restaurante chino
F. P., Un ciudadano chino no identificado murió en la madrugada de ayer cuando mediaba en una pelea que iniciaron otros siete chinos en el restaurante Tiananmen, ubicado en el número 98 de la calle del Doctor Esquerdo.
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía informaron de que los siete clientes se levantaron de la mesa después de una opípara cena de dos horas anunciando que se iban sin pagar. Ni la comida les supo mal, ni el servicio les pareció pésimo, pero no querían pagar. Cuando el vigilante jurado de Tiananmen trató de impedirles que se fueran sin pasar por caja, fue inmovilizado por tres de ellos que le sujetaban por los brazos, las piernas y el cuello.
El dueño del local y sus empleados se lanzaron contra los otros cuatro morosos, que intentaron agredir a la hija del propietario. En ese momento, intervino un cliente para evitar que pegaran a la mujer.
Al apaciguador, de nacionalidad china, le propinaron sus compatriotas dos puñaladas en el tórax y cuello que le provocaron la muerte minutos después. Al mismo tiempo en que el mediador caía desfallecido, el dueño del local era perseguido entre las mesas del local por otro de los morosos que le amenazaba con un cuchillo.
El vigilante pudo zafarse de los que le sujetaban y empuñó una pistola. Al verla, los morosos salieron corriendo. El vigilante salió detrás y pudo atrapar a Xiao F. Ch., de 19 años, que ayer estaba detenido.
El herido fue trasladado en el coche del propietario del local hasta el hospital Gregorio Marañón, donde falleció poco después. Antonio Su, hermano del propietario y testigo de la reyerta, indicó ayer que el desafortunado mediador era un cliente habitual de Tiananmen y que no sabían nada más de él.
Extorsionadores
Antonio Su explicó ayer, con un acento chino que hacía difícil su compresión, que los siete morosos intentaron extorsionar a su hermano hace medio año pidiéndole dinero. Su hermano, que no se encontraba ayer en el restaurante, se negó entonces a darles dinero alguno.
"Pero de eso hace ya mucho tiempo", indicó, "lo que ha ocurrido ahora pudo haber pasado en cualquier sitio. Nosotros ofrecemos buen servicio, nuestra comida es barata y nunca tenemos problemas con los clientes".
La policía cree que el suceso guarda relación con actuaciones cometidas por grupos organizados de delincuentes chinos que se dedican a extorsionar a las decenas de dueños de restaurantes chinos que hay en Madrid.
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