Preocupación en México por el bloqueo del Tratado de Libre Comercio en EE UU
El Gobierno de México reaccionó con preocupación al fuerte revés sufrido por el Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte, bloqueado desde el miércoles por un juez federal de Estados Unidos. La Casa Blanca reiteró ayer su decisión de apelar la sentencia, como ya anunció el miércoles el representante de Comercio, Mickey Kantor. México, sin embargo, no quiso dramatizar advirtió que no se interrumpirán las negociaciones que ya están en curso.
La noticia llegó de modo alarmante a México el mismo día en el que el secretario de Comercio, Jaime Serra Puche, recibía a su homólogo canadiense Tom Hockim. El político canadiense visitaba México para informar de la ratificación parlamentaria del tratado por parte de Canadá, el único de los tres socios que hasta ahora ha cumplido este importante y decisivo requisito. Nada más conocer la noticia, la Bolsa mexicana experimentó un importante bajón y entre los empresarios cundió el desconcierto.
Pese a que Clinton apuesta ahora firmemente por el TLC, su voto de censura a las cláusulas ya pactadas y firmadas por México con su antecesor George Bush sobre materia laboral y medio ambiente, complicó el calendario y permitió la apertura de unas negociaciones paralelas que no acaban de poner de acuerdo a norteamericanos y mexicanos.
Ratificación mexicana
Este tiempo muerto, por otra parte, acentuó más la división entre quienes apoyan y no el TLC, de manera que hoy en el Congreso de EE UU, que es el que debe dar su visto bueno final al Tratado para que pueda ser ratificado, se ha creado un fuerte bloque de presión compuesto indistintamente por republicanos y demócratas que se opone al acuerdo. La ratificación parlamentaria mexicana, que se producirá en breve, es un puro trámite debido a la afinidad de las Cámaras con el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Serra Puche dijo que este bloqueo legal al TLC, que la Administración Clinton ha decidido apelar, es un problema de orden interno para EE UU y que sobrepasa a México, ya que la resolución judicial prohíbe al Gobierno norteamericano cualquier tipo de negociación internacional, incluida la Ronda Uruguay.
México, que por ser el más desfavorecido económicamente de los tres socios va a ser también el mayor beneficiado de este tratado en sus primeros años, ha hecho del TLC uno de sus principales objetivos de gobierno. Para cumplir con los requisitos del tratado norteamericano, ha ido transformando con rapidez y acierto su economía durante los cinco años que lleva en el poder Carlos Salinas de Gortari.
La posibilidad de que el TLC no sea aprobado dentro del sexenio correspondiente a Salinas podría reverdecer las aspiraciones de la radicalizada izquierda mexicana por hacerse con el poder en las elecciones de 1994. Esta hipótesis ha sido decisiva para que Clinton haya defendido últimamente este acuerdo trilateral.
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