Nissan lanza una OPA sobre su filial española ante su duro plan de viabilidad
Nissan Motor Company ofreció ayer comprar todas las acciones de su filial española Nissan Motor Ibérica que no están en su poder. La operación se hará a través de una oferta pública de adquisición de acciones (OPA), dado que la empresa cotiza en bolsa. La OPA se produce ante las pérdidas acumuladas de 54.000 millones de pesetas previstas para este año, que se han comido todo el capital y exigen un drástico plan de viabilidad. Nissan compraría al resto de accionistas el 29,6% de las acciones que no están en su poder.
La situación de Nissan Motor Ibérica es difícil. Las ventas de furgonetas han caído el 54% y las de coches el 25%. La carga financiera derivada de la ampliación de la fábrica de Barcelona es un lastre para la cuenta de resultados. En los últimos días, y ante el drástico plan de viabilidad que preparan los japoneses en su filial española (véase EL PAÍS del 19 de octubre), los accionistas habían vendido masivamente sus títulos y provocaron una caída en picado de la cotización de las acciones. La cotización fue suspendida el jueves ante la caída libre de los precios.Nissan presentó ayer su propuesta de OPA a la Comisión del Mercado de Valores. La empresa justificó la OPA por "el proceso de reducciones de capital" que deberá realizar. Nissan propone a "los accionistas minoritarios ( ... ) la posibilidad de liquidar su inversión en unos términos" que considera "favorables a la vista de la situación actual y futura a medio plazo" de la empresa.
Nissan no ha concretado a qué precio pagará las acciones a los minoritarios. Pero el precio no podrá quedar por debajo del de la última cotización: 147 pesetas el título.
La oferta de la multinacional japonesa a los accionistas minoritarios tiene su raíz en las elevadas pérdidas de la empresa. Éstas han ascendido a 28.000 millones de pesetas hasta septiembre y llegarán a 40.000 millones al acabar este año. Si a esta cantidad se le unen los 14.370 millones de pérdidas de 1992, las acumuladas en los dos últimos años ascienden a más de 54.000 millones de pesetas. Estas pérdidas se han comido el 80% del capital y las reservas (68.800 millones). La empresa está obligada a ampliar capital.
La empresa ha propuesto a los sindicatos la congelación salarial para los dos próximos años y la reducción de 1.100 de sus 7.000 empleos. Los sindicatos dieron ayer su visto bueno a un nuevo expediente de regulación de 25 días para, 6.000 trabajadores en diciembre y enero.Fuentes conocedoras de la situación afirmaron que los japoneses van a realizar una reorganización a fondo del equipo directivo de la filial. No se descarta que ésta afecte al presidente de la empresa, Juan Echevarría Puig.
Por otra parte, Convergència i Unió (CiU) presentó ayer en el Congreso una interpelación urgente para debatir los "criterios de política industrial que tiene previsto aplicar el Gobierno, especialmente ante la situación de crisis de Seat".
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