Solas en casa
Acabo de levantarme y ya estoy recogiendo, ordenando, preparando desayunos, ropa del colegio. Stop. Educadas para la servidumbre doméstica. Continuo ir y venir: colada, camas, polvo, comida, ¿qué haré? Premisas importantes: alimentación variada, que guste a todos y acorde con el presupuesto. Stop. Pilares de la sociedad y olvidadas casi siempre... ¡Que no se me olvide! Tengo que comprar leche, coser el pantalón del niño, también barrer las hojas del patio. Stop. Nuestra profesión abarca demasiadas facetas, a saber: educación, cocina, costura, sanidad e higiene, economía, decoración y también: paciencia, psicología, dedicación exclusiva, equilibrio, podríamos continuar... Son las dos. ¡Pronto llegarán! Preparo la mesa, todo a punto. Stop. No sé qué porcentaje de amas de casa hay en España, pero creo que somos una gran mayoría silenciosa. Recogida la cocina, un momento de relax. Stop. Somos un colectivo que vive aislado, protegido y resguardado en el hogar que además nos ahoga y frustra a la vez... Llegan los chicos del colegio: meriendas, deberes, peleas, todo incluido hasta la hora de la cena. Stop. Es verdad, también hay muchas mujeres que trabajan fuera del hogar, en mi opinión, dignas de elogio por la capacidad que tienen de multiplicarse por cuatro... ¡Uff ¡Qué cansada estoy! ¿De qué? Me contestan. Pues... no sé qué responder, nunca encuentro la respuesta adecuada, pero sí muchas preguntas.-
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