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De Sendero Luminoso a Sendero Rojo

Diferencias ideológicas y la ofensiva del Gobierno peruano sumen a los maoístas en su peor crisis

Juan Jesús Aznárez

Dos años después de que el fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, el Presidente Gonzalo, sorprendido en un piso de Lima bailando Zorba el griego con una miliciana de su confianza, el Ejército y rondas campesinas persiguen por los. montes de Ayacucho al camarada Feliciano, el nuevo redentor de los pobres de Perú para mayor desgracia de éstos.Este camarada, cuy o verdadero nombre es Oscar Ramírez Durand, ha fundado Sendero Rojo y también habla de la muerte en sus bandos tremebundos. Ahorca o acuchilla para ahorrar balas y exige el alzamiento popular aterrorizando. El senderismo, luminoso o rojo, resiste en campamentos rurales con túneles de escape hacia la selva, pero las diferencias ideológicas surgidas en el mando y la ofensiva gubernamental han sumido al movimiento en su peor crisis.

"Dile a Antonio que va a morir si sigue jodiendo". Antonio, comandante, es uno de los militares que le busca. A veces sus hombres se comunican por la radio de campaña con la guerrilla y piden su rendición. "¡Se rinde la madre de Antonio! ¿Cómo se te ocurre que uno se va a rendir si seguimos luchando?", respondía Feliciano, jaquetón, en una conversación que difundió el Canal 2. "No somos ladrones, luchamos por el pueblo". "Te abandona tu propia gente. Te están abandonado", insistía el uniformado en una labor de zapa de oficio que desdeñaba el libertador- "Tranquilo, compadre, no pasa nada".

El Presidente Gonzalo,. aniquilado en presidio, patético colaborador del Gobierno en la lucha antiterrorista de ser ciertas todas las declaraciones que se le atribuyen, demanda desde el penal la capitulación de sus seguidores, y en uno de los vídeos emitidos por la televisión nacional en este segundo aniversario llega a vitorear a los inspectores de policía que lo capturaron.

Abimael Guzmán más parece ya una faca trapera que Ia cuarta espada del marxismo". Y no ha habido logro oficial más aplaudido en Lima que su enjaulamiento: la explosión de los coches bomba el derribo de los tendidos eléctricos, el oscurecimiento de la ciudad y la voladura de edificios desanimaron a la población, y el propio Gobierno pareció sonado y se temió la desintegración del Estado. Jalean el arresto del iluminado políticos, periodistas y empresarios, y también peruanos míseros, tribus esclavizadas y gentes que heredan penurias desde los incas.

Un coronel aventuraba a este enviado que hubo momentos en que "aquí un Fidel Castro hubiera triunfado". Basta con asomarse a los asentamientos de esteras y adobe que sitian Lima para no considerar imposible el pronóstico del oficial de haber surgido otra revolución y otro liderazgo. Hoy ese levantamiento es imposible porque el presidente Alberto Fujimori, impaciente por la definitiva derrota, gana la guerra y se muestra decidido a conseguir la definitiva erradicación de Sendero Luminoso y sus flecos Más radicales. No hay muchos escrúpulos en esa misión, ni de rechos humanos que frenen el avance de las patrullas o las emboscadas de las fanatizados res coldos maoístas. Un senderista converso detallaba la modalidad seguida en el ajusticiamiento de "traidores". Arrodillado el reo frente a una comunidad campesina, adoctrinando a niños con la visión de la barbarie, se anuda una soguilla al cuello de la víctima, siempre maniatada hacia atrás. Dos asesinos, de pie a izquierda y derecha del culpado, tiran cada uno de su cabo mientras un tercero le acuchilla en el pecho. El relator asegura que, al igual que otros compañeros, debió ser también verdugo: "Yo maté a éstos", confesó señalando una tumba. El camarada Gonzalo excusaba ese espanto en un interrogatorio televisado después: 'Tos franceses ataban juntas a doscientas personas y las Volaban de un, cañonazo".

Luis, bracero urbano próximo a los 50 años, aseveraba resuelto que a Feliciano le queda poco. "fue herido y está cojo; así será más fácil que caiga". Y más gozoso que cierto diagnosticó: "El Presidente Gonzalo, además de detenido, tiene el microbio porque se lo pasó su secretaria sidosa". Fuentes oficiales destacan que antes de la caída de Guzmán fueron capturados aproximadamente 5.000 senderistas y miembros del Movimimiento Revolucionario Tupac Amáru (MRTA) y después casi 7.000. Un funcionario reconocía en privado, que otros fueron ejecutados sumariamente "porque antes ocurría que eran entregados a la justicia y salían en libertad por el miedo de los jueces o por los manejos políticos. Muchos de los que están ahora en prisión lo estuvieron antes. Entonces hubo quien hizo su propia justicia temiendo que los terroristas quedaran en libertad sin condena".

Abimael Guzmán no tiene ninguna posibilidad de salir y se "pudre" en la prisión de Base Naval, según Fujimori. El jefe del Estado dio un consejo a quienes tratan de rendir el fusil, pero dudan por miedo: "A ellos yo les pido simplemente que eliminen al mando terrorista, que le metan un balazo y después se entreguen al Ejército. ( ... ) Antes de la defensa de los derechos humanos de los terroristas está la defensa de todo el pueblo peruano". La ley de arrepentimiento dictada por el Gobierno establece el 1 de noviembre, víspera del Día de Difuntos, como fecha límite para la entrega de las armas.

Lo han hecho hasta el momento, según datos oficiales, 3.500 senderistas. En los dos último s años fueron sentenciados casi 1.500, de los cuales 295 recibieron cadena perpetua. El Instituto Constitución y Sociedad informó de que la violencia política se ha cobrado en Perú 27.561 vidas: 8.103 durante el Gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985), 9.660 con el de Alan García (1985-1990) y 9.798 durante la Administración de Alberto FuJimori (1990-1994). Los daños materiales se calculan en 20.000 millones de dólares (unos 2, 6 billones de pesetas).

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