Luís Escobar vuelve a ser hombre de teatro
El actor desaparecido recibe el mismo día un homenaje y estrena dos obras
Luis Escobar, fallecido en 1991, es recordado por muchos como actor de cine, actividad que sólo abordó los últimos años de su vida. El pasado miércoles varios acontecimientos le recuperaron como autor, director y adaptador, algo que hizo con pasión toda su vida. El mundo de la escena le rindió un homenaje minutos después de que terminara en la sala Olimpia de Madrid el estreno de Retorno al hogar, obra de Harold Pinter con versión de Escobar, y poco antes de que se estrenara en el teatro Alcázar su obra El amor es un potro desbocado. Los tres actos se convirtieron en éxito póstumo de este popular personaje que, ante todo, fue un hombre de teatro.
Concha Velasco, actriz que alcanzó la popularidad de la mano de Escobar, fue la maestra de ceremonia del homenaje, que contó con muchas caras conocidas de compañeros de profesión del actor, (Amparo Rivelles, Ana Diosdado, Miguel Narros, Juan José Otegui, Aurora Redondo, Ana Mariscal, José Tamayo ... ) y políticos en candelero como el alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano. Tampoco faltaron Silvia Escobar, sobrina del actor, y Juan José Seoane, anfitrión y productor.Se recordó su vida profesional, como director del Teatro María Guerrero durante la posguerra, como empresario del Teatro Eslava y sus éxitos trabajando como director, adaptador, autor y productor. Concha Velasco, también habló del dolor de Escobar cuando vendió el Eslava en un momento de crisis del teatro y, ante el asombro de parte del público, afirmó que nunca el teatro había tenido una crisis tan grave como la actual. Asombro justificado, ya que el teatro parece gozar de inmejorable salud, según demuestran los chivatos (ingresos por taquilla) y los casi 150 estrenos que se han producido en Madrid en las últimas cuatro semanas.,"¿De qué crisis habla Concha?", llegó a preguntar Andrés Peláez, director del Centro de Documentación Teatral y profesional del mundo del teatro que, como muchos otros, muestra optimismo ante la situación.
Lógicamente también se habló del Escobar-actor, algo que apasionaba y que no pudo hacer hasta el final de su vida. Fue Luis García Berlanga quien le llamó para interpretar en varias de sus películas al marqués de Leguineche, papel con el que alcanzó una gran popularidad.
Tras depositar Concha Velasco una rosa roja al borde del escenario, que suplió la ausencia de Escobar, se estrenó, por primera vez desde 1959, El amor es un potro desbocado, obra basada en la juventud de Jimena y Rodrigo Díaz de Vivar El Cid.
Teñido con datos históricos, el texto no escamotea la relación edípica de Jimena (Silvia Marsó) con su padre, el conde Lozano, (Víctor Valverde), quien a su vez también mantiene un enamoramiento enfermizo con la joven hija. Junto a ellos otros personajes de la época interpretados por Cecilia Solaguren, Adolfo Obregón, Rosario Calleja, Mari Carmen Duque, Mari Carmen Hurtado y Angel Sacristán, además de dos grandes actrices de toda la vida y buenas conocedoras de su oficio como Blanca Sendino y Ana María Barbany. Tanto Silvía Marsó como Andoni Ferreño, en el papel de Rodrigo, Populares por sus trabajos en la pequeña pantalla, defendieron con pasión y con oficio sus personajes, algo que el público agradeció con largos aplausos y ovaciones.
Las figuras de Jimena y Rodrigo, recurrentes en el teatro español desde hace siglos, le sirvieron a Escobar para escribir una tragicomedia con la que abordar un tema que a él le preocupó especialmente: "La lucha contra el mundo, el más descarado de los enemigos del alma".
Los asistentes al homenaje y estreno no sólo se entregaron con los actores, ya que la ovación se acrecentó aún más cuando aparecieron en el escenario Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del montaje, Josep Solbes, lluminador, Alfonso Barajas, escenógrafo y Pepe Rubio, figurinista.
Babelia
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