El debate en el Partido Socialista sobre el fracaso electoral del 28-M se traslada a cada región

El análisis del resultado electoral ha quedado zanjado en la dirección federal del PSOE a petición del secretario general, Felipe González. Desde Madrid, todo los esfuerzos se dedicarán a que la palabra "recuperación", en votos y en credibilidad de los socialistas intente ser una realidad. El debate de los resultados, por tanto, se traslada ahora a cada organización provincial y regional, cuyos comités se celebrarán este mes. La preparación de una corferencia que trate tanto aspectos organizativos como de propuestas es el resultado más concreto del comité federal, que fundamentalmente sirvió para cerrar filas.

Todos los dirigentes regionales reconocen que el comité federal del PSOE tuvo como principal objetivo reafirmar el liderazgo de Felipe González, zanjar la polémica sobre su sucesión -dejando al propio González que sea él quien plantee el asunto si lo estima necesario- e impedir a los guerristas que triunfara su estrategia de que el vicesecretario general, Alfonso Guerra, recuperara algo de poder.Pero la procesión empieza ahora dentro de cada estructura provincial y regionales. Muchos de sus responsables son conscientes de que el discurso que hicieron el sábado en el comité federal no tendrá nada que ver con el que hagan en su respectivo ámbito por la insatisfacción que produciría entre sus militantes. El discurso federal de apoyo a Felipe González y que los casi siete millones de votos son una base sólida para empezar la recuperación no es suficiente para las provincias y regiones donde han perdido el gobierno, las diputaciones y los principales ayuntamientos, según reconocen los más afectados por la derrota.

En muchas federaciones, la vida política empieza ahora en el partido, una vez que han sido desalojados de las instituciones. Los dirigentes de la ejecutiva federal observan expectantes el desarrollo de cada uno de estos comités, en los que se va a plantear después de muchos años una política de oposición.

Aunque los ecos del comité federal del PSOE sólo hablan del apoyo a Felipe González, sí quedó un resquicio para las propuestas que en, los próximos días se plasmarán en decisiones de la secretaría de organización que dirige Ciprià Ciscar.

La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE tendrá como una prioridad a partir de ahora la coordinación de las tareas de oposición que los socialistas ejercerán en más de 10 de las 17 comunidades autónomas, así como en numerosos municipios españoles. La cabeza de la oposición la van a ejercer en algunos casos socialistas que han gobernado durante muchos años, como es el caso de Joan Lerma, en la Comunidad Valenciana, o Eduardo Martín Toval, en el Ayuntamiento de Málaga.

El temor a que se repita en otras comunidades o municipios la decisión de Joaquín Leguina de renunciar a ejercer la oposición después de encabezar las listas electorales por la Comunidad de Madrid aparece conjurado. Los mayores pesos pesados, con excepción de Leguina, han confirmado su continuidad como cabezas de la oposición. Además de Lerma o Martín Toval están José Rodríguez de la Borbolla, en Sevilla; la ex presidente murciana, María Antonia Martínez, o el riojano José Ignacio Pérez Sáenz. Algunas de las intervenciones realizadas durante el comité federal socialista de este fin de semana insistieron en la preocupación por las condiciones del pase a la oposición. Fue el caso de Pascual Maragall, Joan Raventós, Jordi Solé Tura o Teófilo Serrano.

Falta de costumbre

Los socialistas no sólo están preocupados por la pérdida de poder municipal y autonómico -unos dos billones de presupuesto de gestión y varios miles de cargos institucionales-. Cada vez se extiende más el temor en la dirección del partido sobre la capacidad real de ejercer la oposición tras la costumbre de gobernar instituciones durante más de una década. Los ejemplos de comunidades autónomas y municipios en los que los socialistas han ejercido la oposición -Baleares, Castilla y León y el Ayuntamiento de Madrid- son una muestra de ello.Los primeros meses, tras la constitución de los ayuntamientos el próximo 17 de junio y los gobiernos autonómicos del 21 al 26, serán los más difíciles, según calculan los dirigentes socialistas, porque no sólo tendrán que adaptarse a la situación de oposición, sino que, además, tendrán limitada su capacidad de alternativa a los nuevos gobiernos del PP, que podrán reprocharles no haber ejecutado sus propuestas durante su mandato.

La capacidad de coordinación de la dirección socialista se pondrá a prueba también al invertirse el signo del poder territorial, que los socialistas han pasado de ejercer en un 75% en 1991 a un 15% tras las elecciones del 28-M. "Antes bastaba con levantar el teléfono para ponerte de acuerdo porque al otro lado del hilo tenías a un Lerma o un Leguina y ahora vas a tener a Ruiz Gallardón y Zaplana", decía ayer un dirigente socialista.

Además, la dirección del PSOE cree que tantos años de ejercicio de gobierno han apartado a los socialistas de sectores básicos, como asociaciones vecinales, juveniles y de la cultura.

La conferencia extraordinaria que el PSOE ha anunciado para el próximo otoño, la única resolución concreta del comité federal, pretende debatir lo que no han hecho los socialistas este fin de semana, esto es, sobre la manera de recuperar el voto en las grandes ciudades.