Dudas entre América Latina y EE UU

El vínculo mediterráneo se completará con la dimensión trasatlántica. El Gobierno duda entre privilegiar, bajo su mandato, las relaciones de la UE con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), para lo que podría invitar a sus dirigentes al Consejo Europeo de Madrid, o con EE UU. Se inclina por esta última. Razones: la invitación del Rey a Bill Clinton para que visite España; la aspiración de reafirmar la presentabilidad occidental de España, una vez cubierto el flanco Mediterráneo, y el deseo de amarrar al Congreso norteamericano "antes de que se vuelva más aislacionista".Con Mercosur, (un mercado emergente que junto a la UE totalizaría 560 millones de consumidores) todo está listo para lanzar el proyecto marco interregional (previo a la asociación), salvo unos flecos sobre las cláusulas relativas al respeto de los derechos humanos. El calendario de las negociaciones se fijó ayer en Bruselas. La declaración política ya firmada establece un diálogo político de todo tipo, incluido el de alto nivel, "cuando ambas partes lo consideren necesario", coda que se añadió al proyecto. Si ahora la presidencia española "no lo considera necesario", pasarán años antes de que se vuelva a presentar la oportunidad.

Para América Latina la Comisión pretende fijar las cifras de ayuda del quinquenio 1996-2000, que ascenderán a cerca de 1.600 millones de ecus (más de un cuarto de billón de pesetas), sin contar la ayuda alimentaría.

Otros asuntos que deben resolverse de aquí a diciembre son la prolongación del Sistema de Preferencias Generalizadas agrícolas (SPG, reducción de los aranceles de entrada a la UE) y el acuerdo con el Pacto Andino sobre percursores químicos (sustancias que, por ejemplo, convierten la coca en cocaína), en su mayoría fabricados por los países desarrollados. Es el problema que suscita la polémica sobre la culpa del narcotráfico: ¿debe atribuirse a los países cultivadores o a los receptores-fabricantes de elementos para su transformación?