sanfermines es "el sueño" de muchos norteamericanos

Hay fiebre de sanfermines entre los estudiantes universitarios norteamericanos, que sueñan todos los años con viajar a Pamplona, correr los encierros, vivir las peripecias que relató Ernest Hemingway en su novela Fiesta. El vicecónsul de los Estados Unidos en Bilbao, Daniel Ros, diplomático, de 30 años, lo cree así, aunque no sabría precisar si el término fiebre es exacto.

"Más bien diría", matiza Daniel Ros, "que se trata de un sueño. España -con su sol y sus playas, su folclor, sus corridas de toros, muy bien promovidos por las agencias turísticas- está de moda entre la juventud norteamericana. Las imágenes son fundamentales en la comunicación de los conceptos y las de las fiestas de San Fermín, indudablemente fuertes, les tienen fascinados".

La obra de Hemingway es muy popular en Estados Unidos, y raro será el estudiante que no haya leído Fiesta (También se levanta el sol, en las ediciones inglesas). Pero según el vicecónsul, un anuncio de televisión ha influido tanto o más que la novela en las inquietudes de los estudiantes. "El anuncio es antiguo, y caló muy hondo en la sociedad de mi país. Difundido por Amenican Tourister, fabricante de maletas y complementos para viajes, presenta un muchacho que llega a un pueblo español y se encuentra solo en una de sus calles típicas. De repente ve aparecer unos toros al galope, tira sus maletas y echa a correr. Los toros, fieros y veloces, pasan por encima de las maletas, las pisan y las cornean. El muchacho consigue ponerse a salvo y al regresar comprueba que las maletas son de tal calidad que están intactas".

Exotismo y aventura

La imagen de los sanfermines, su exotismo y su aventura, subyugan a los estudiantes, y quienes dedican sus vacaciones a recorrer Europa incluyen Pamplona con sus fiestas de San Fermín. Al menos medio millar visita cada año los sanfermines, según Daniel Ros. Éste fue el caso de Matthew Peter Tassio, 22 años, natural de Illinois, estudiante de ingeniería eléctrica, muerto ayer de una cornada.

El consulado se hizo cargo de los trámites reglamentarios como consecuencia del fallecimiento y comunicó inmediatamente lo sucedido a los padres del infortunado joven, que se encontraban en Illinois. A primeras horas de la tarde aún no tenía confirmación oficial de que se desplazaban a España.

Dicha representación diplomática estuvo recibiendo durante todo el día continuas llamadas de todas partes en demanda de información. Por supuesto, de los medios de comunicación norteamericanos, aunque cree el vicecónsul que en Estados Unidos no darán especial relevancia a la tragedia. "Será mucho mayor en España, por supuesto", comenta Daniel Ros. "Quisiera que mis compatriotas se dieran cuenta del enorme peligro que tienen los toros. Lo que deberían hacer es dejar el encierro a los corredores expertos".