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Talamanca se convierte en plató

Hace 25 años que Talamanca del Jarama (1.200 habitantes) es uno de los escenarios preferidos de cineastas españoles y extranjeros. Pero los moradores del lugar ya no se entusiasman con la parafernalia de los rodajes, a no ser -como dice Julián, un vecino de 72 años- que venga algún famoso. Ayer la localidad sirvió de plató a El niño invisible, una historia infantil que dirige Rafael Monleón. Los extras, que daban color a un zoco del Toledo medieval,sudaron lo suyo

Ayer, más de 200 figurantes y una veintena de actores, incluidos los cinco pequeños protagonistas, miembros del grupo musical infantil Bom Bom Chip, rodaban desde las ocho de la mañana en la Cartuja de Talamanca -un edificio que perteneció a los frailes de El Paular y que ahora es propiedad privada- una escena de la última película de aventuras para niños del director Rafael Monleón, El niño invisible. Sin, embargo, nadie del pueblo se acercaba a curiosear. Excepto tres o cuatro extras oriundos, el resto venía en autocares desde Madrid.A medida que transcurrían las horas, el sol era abrasador. Más de 40 grados caían a plomo sobre extras y actores en el patio interior de la Cartuja, donde se había recreado un mercado árabe medieval de la ciudad de Toledo. Se bebían botellines de agua por doquier para paliar las altas temperaturas, que aún eran menos soportables bajo las vestiduras de arpillera y lana o los turbantes y cascos metálicos propios de las tres culturas que convivían en el siglo XII en Toledo. Algunos actores reconocían que jamás habían trabajado con tanto calor ataviados con este tipo de vestiduras.Nostalgia

Javier, de mediana edad, dueño de un bar en pleno casco del municipio, recordaba que el rodaje de películas fue una página importante en la historia reciente de Talamanca. "Antes, los extras eran gente del pueblo y cuando venían los productores americanos los vecinos recibían buenos cuartos por actuar. Los bares se llenaban y todos los vecinos iban a ver a Marlon Brando, Alain Delon, Raquel WeIch o actores españoles de primera fila", cuenta Javier.

Ahora los extras no son de Talamanca. Además, la comida se la sirve alguna empresa contratada por los productores. "Ya las películas sólo dejan dinero al dueño de la Cartuja", comentan los vecinos.

Julián recuerda la primera cinta que se rodó en el pueblo, Los 100 caballeros, y en la que él participó como figurante a cambio de 30 duros. "Antes nos daban algo de dinero y con esto remediaban nuestra situación económica; ahora estamos hartos de ver los rodajes" comenta.

El niño invisible es la historia de unos escolares que van de excursión a Toledo y encuentran una piedra que se convierte en la llave que les hará viajar a la Edad Media, cuando conviven judíos, musulmanes y cristianos en esa misma ciudad.

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