La fuerza de Alberto Puig
Casi 500 comunicaciones de sus seguidores animan al piloto lesionado a acelerar su recuperación
Alberto Puig cumple hoy su 48º día en el Instituto Dexeus de Barcelona. Es el día de la quinta operación para recuperar su pierda izquierda, malherida en un accidente en el circuito de Le Mans durante los entrenamientos para el Gran Premio de Francia de motociclismo.Desde ese día, desde el sábado 8 de julio, y a pesar de que la situación de su extremidad llegó a ser muy delicada, Puig sólo piensa en el momento en que volverá a subirse a su moto de 500. La recuperación progresa constantemente, y a ella, sin duda han contribuido las numerosas muestras de apoyo recibidas.
Puig agradece desde la llamada del Rey hasta la última de las casi 500 comunicaciones de sus seguidores, en forma de carta, telegrama, fax o llamada telefónica. Y todas las ha contestado, con la ayuda de su padre. Este es el relato de las que más huella le han dejado.
Víctor. 8 años. "Hola Alberto, soy Víctor. Te mando esta carta porque estás enfermo. He visto tu accidente en la tele y espero que te recuperes pronto. Yo también voy en moto y tengo una camiseta con tu foto. Hasta pronto". Y manda su propia foto subido en su moto y dedicada "a mi amigo Alberto".
Susana. Navarra. Envía una foto suya perfumada con cariño y muchos besos".
Antoni y Joan. Mataró (Barcelona). Envían un fax cada día y le han visitado dos veces. Tras darle Puig la mano, uno de ellos prometió que nunca más se la lavaría. Han escrito: "No puedes imaginarte como me siento ... para mí eres como un dios ... espero felicitarte en Montmeló el día que te proclames campeón del mundo".
Santi. Lucena (Córdoba). Escribe cada día y encabeza sus cartas con un "Buenos días, ¿qué tal has dormido esta noche". En una de ellas explicaba que "cuando ganaste en Jerez no tuve más remedio que saltar a la pista, mis piernas me llevaban, y cuando conseguí llegar ya venías tú. Te metí un bocinazo y me dió la impresión que me mirabas. Pasaste a dos metros de mí y me puse de rodillas a darle besos al circuito...". Termina las misivas despidiéndose "...hasta mañana".
Sargento Jesús Vidales. Junto con otros miembros de la Cía Asturias en el destacamento de Dracevo (Bosnia). "Un saludo desde Bosnia, donde formamos parte del contingente español. Aunque te parezca increible, tienes aquí numerosos aficionados dispuestos a seguirte por el Canal Internacional de Televisión Española".
Jordi. Badalona (Barcelona). "Maestro, Señor del 500, Amo del Circus, Exterminador del ya no se puede ir más deprisa, Destructor de Cronómetros. El próximo Mundial, qué se preparen!"
"Marcel. El Masnou (Barcelona). " You are the best. Sólo fracasa quién no lo intenta. Sólo el que arriesga puede llegar a triunfar. Eres el mejor, no lo dudes".
Toni. Valencia. Mandó fotos suyas a lomos de una Harley Davidson "...para que me reconozcas por ahí".
Javier. Madrid. "Parece que el que más corazón echa, más desgracias le vienen. Yo también me gano la vida con mi moto, soy inspector de siniestros". Y envía una foto suya junto al piloto.
Francisco. Alicante. "Mis hijos me dicen que ponga que Doohan te tiene miedo".
Ricardo. Madrid. "Acuérdate del calvario que pasó Doohan antes de conseguir el nº 1. Ese número seguro que lucirá en el carenado de tu Honda muy pronto".
Juan Manuel. Maliaño (Cantabria). "Soy fan tuyo porque eres un tío legal, porque le dices al pan pan y al vino vino. Hay muchos huevos en tí ... Me dejé la garganta por tí en Jerez y me gustaría poder dejármela otra vez".
Rubén. Colmenar Viejo (Madrid). Envía un escapulario: "Para que lo lleves siempre, realmente da suerte".
Daniel. Elche. Su texto, forma un caligrama, siguiendo la silueta del circuito de Jerez. "Ponte bien, que para eso, me estoy mareando escribiendo esta carta con la forma de Jerez para que te vayas entrenando y no pierdas la costumbre".
Álvaro. San Sebastián. "Soy remero de banco fijo y entreno todo el año menos un mes ... Lo más grande es ganar la Regata de la Concha en San Sebastián ... Si este año la ganamos, te la dedicaré a tí".
El Rey. Don Juan Carlos llamó por teléfono, con anécdota incluida. Al día siguiente de la primera operación, suena el teléfono en su habitación del Instituto Dexeus. Contesta el padre del piloto: "Sí, ¿quién es?". "El Rey responde una voz. Y Tito Puig, incrédulo, cuelga al instante. Un minuto más tarde, otra llamada: "Hola, aquí la Casa Real, es una comunicación de parte de Su Majestad el Rey". Y esta vez sí, el monarca, gran aficionado a las motos, habló con el piloto.
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