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Rusia advierte a la OTAN sobre su ampliación a los países de Europa del Este

Pilar Bonet

Rusia tiene aún recursos que oponer a la ampliación de la OTAN con los países de Europa Central y del Este, según indican los numerosos comentarios hostiles con los que diversos representantes oficiales han reaccionado ante las intenciones de la Alianza Atlántica de acoger a los vecinos de Moscú, reservándose el derecho a instalar armas nucleares en ellos.

Los analistas militares rusos se han acogido, por de pronto, al derecho al pataleo: desde la amenaza de invasión formulada en dirección al Báltico, pasando por la posibilidad de abandonar el programa Asociación por la Paz y el portazo a las maniobras conjuntas. Y, aunque los políticos no han dado aún una respuesta elaborada, los planes de la OTAN pueden demorar la ratificación parlamentaria del tratado START-2, firmado en enero de 1993, dificultar la cooperación de Rusia en el marco de la Asociación por la Paz y entorpecer las conversaciones sobre un sistema antimisiles de carácter táctico para las que el presidente estadounidense Bill Clinton consiguió convencer a su colega Borís Yeltsin en mayo pasado.Los militares rusos, muchos de los cuales estuvieron destinados en los países de Europa del Este o en las repúblicas ex soviéticas, soportan mal el entusiasmo que la OTAN despierta en sus antiguos aliados y compatriotas. Así lo han demostrado, al negarse a participar, en contra de lo previsto, en unas maniobras militares iniciadas el lunes en la República Checa en las que intervienen las repúblicas bálticas, además de países de Europa Central y del Este.

En lugar de cooperación internacional, la infantería rusa comenzó el lunes unas maniobras en territorio nacional, incluidas varias zonas fronterizas de Occidente, como las provincias de Kursk y Smolensk. Un analista militar, citado por ItarTass, señalaba que estas maniobras podían considerarse opciones defensivas por si la OTAN se acerca a las fronteras rusas.

Límite de paciencia

El ministro de Defensa, Pavel Grachov, ha señalado que "el límite de la paciencia de Rusia es la ampliación de la OTAN con la inclusión de las repúblicas del Báltico", y amparándose en lo dicho por el ministro, Anton Surikov, del Instituto de Investigaciones de Defensa, afirmó que, en ese caso, Rusia podría enviar sus Fuerzas Armadas a Estonia, Letonia y Lituania. Surikov apuntó también la posibilidad de que Rusia equipe con armas nucleares tácticas a sus unidades en la frontera polaca y en otras regiones. Semejantes declaraciones vienen como anillo al dedo a los vecinos de Rusia para afianzar su voluntad prooccidental e insistir en el peligro ruso.En Moscú, sin embargo, son muchos los que comparten la opinión del ex jefe del Estado soviético, Mijaíl Gorbachov, según el cual Occidente trata de aprovecharse de la debilidad de Rusia. Incluso el liberal Serguéi Yushenkov, el jefe del Comité de Defensa de la Duma, favorable a la ampliación de la OTAN, dijo ayer que ésta debe hacerse con condiciones, entre ellas que Rusia se convierta en un "miembro asociado" antes de que otros países europeos ingresen en el bloque y también que los estatutos del Tratado del Atlántico Norte contemplen la transformación de la OTAN de "estructura defensiva" a "estructura de seguridad"

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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