REBELIÓN A BORDO
Asociar a los británicos con broncas etílicas cuando se van de vacaciones puede ser un estereotipo un tanto injusto, pero Michael Purcell y un grupo de compatriotas de esas islas. no hicieron nada por despejar tal prejuicio cuando, el pasado lunes, prácticamente tomaron un avión de la Northwest Airlines que volaba de Londres a Los Angeles (EE UU). El orden se restauró a bordo cuando varios miembros del equipo olímpico de lucha libre norteamericano, que casualmente iban en el mismo vuelo, los redujeron a la fuerza y esposaron a algunos a sus asientos. Según un porta voz de esa compañía aérea, Purcell y un grupo de 18 turistas de Inglaterra e Irlanda habían llevado al avión botellas de licor y después de ingerirlas habían robado más de los carros de bebidas. Al parecer ata caron a una azafata y se arroja ron comida de unos a otros mientras gritaban obscenidades. En resumen, era mucho más entretenido que la película de a bordo. Pero los forzudos olímpicos decidieron que no tenían por qué soportarlo y se echaron encima de los más ruidosos, tres individuos "extremadamente intoxicados", para luego atarles a su asiento con esposas de plástico irrompible, -del tipo que utiliza la policía. El avión hizo escala en Minneapolis- y los británicos fueron de portados en el acto a su país. Por alguna razón, las autoridades no les hicieron caso cuando alegaron que la culpa era de la aerolínea por darles alcohol gratis. Purcell, sin embargo, se quedó bajo custodia en EE UU y ahora un juez anuncia que podría enfrentarse a una con dena de 20 años por interferir en el transcurso de un vuelo comercial-
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