"No entregues nuestra tierra
Tanto Pekín como Moscú han tratado de quitar importancia a la oposición de los habitantes del' Extremo Oriente ruso a la demarcación fronteriza que obliga a Rusia a entregar varios territorios. Sin embargó, la cuestión es muy delicada porque está en juego la imagen de Borís Yeltsin como patriota ruso, y el presidente que ha combatido con ahínco su fama de destructor de la URSS no quiere ser visto como protagonista de concesiones territoriales, sobre todo si son hacia un vecino como China, país con el que la Unión Soviética llegó a enfrentamientos armados en 1969, precisamente por el litigio fronterizo.Aunque Yeltsin no ignorará el acuerdo con China, en Jabarovsk no pudo resistir ayer la tentación de jugar la carta populista. En un encuentro en la calle, se dirigió a la multitud diciendo: "Quiero consultarles antes de resolver el problema con China [qué hacer]: ¿entregar o no entregar nuestra tierra?".
"No entregarla", fue la respuesta unánime de la multitud. "Les he entendido. No entregaremos nuestra tierra", exclamó Yeltsin, dejando en el aire cuál era exactamente la "tierra" a la que se refería.
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