Duelo final en Elche
Las divergencias entre la Universidad de Alicante y el Gobierno de la Generalitat, en manos del PP, no son recientes. El proceso electoral para ocupar el rectorado se desarrolló en enero de 1994. Aunque los candidatos eran tres, la pugna se limitaba a dos: Andrés Pedreño y Jesús Rodríguez Marín. El primero, que barrió, contaba con los apoyos de las organizaciones progresistas del campus, a su vez próximas -si no integradas- a formaciones políticas de izquierda. como PSPV-PSOE o EU-lU.
El segundo era respaldado por los afines del PP, lo que en el campus significa ser acólito de Diego Such, catedrático de Economía, ex vicerrector de Asuntos Económicos, militante del PSOE hasta 1990 y hoy presidente del PP en la ciudad de Alicante, además de consejero de Industria y Comercio del Gobierno de Zaplana. El duelo electoral se presentó, de esta forma, bajo unos tintes políticos evidentes; eso sí, siempre negados por los protagonistas.
Dos años después, y con Zaplana investido ya como presidente de la Generalitat, el Consell encargó al equipo perdedor la redacción del proyecto de la segunda universidad para Alicante. Aquel gesto se consideró de puertas adentro, toda una provocación. Quienes perdieron en las urnas ganaban por decreto. Preocupaba, y mucho, que ese documento, en cuya elaboración no participarían los responsables de la universidad existente, afectaría a ésta de forma especial.
Las dudas se despejaron meses después. El pasado mes de abril se conoció el proyecto. Para el equipo de Andrés Pedreño, puro veneno.
Segregar la joya
La propuesta incluía segregar la Facultad de Medicina, y con ella la totalidad de instalaciones universitarias del campus de San Juan. O lo que es lo mismo: se arrebata a la Universidad de Alicante su más preciada joya, precisamente el centro dotado con mayor presupuesto, el que más investiga y el que goza de mayor prestigio internacional.Además, el mapa de titulaciones contempla algunas duplicidades, pero el caso más llamativo sería el de los estudios de Derecho. Esa carrera podrá estudiarse, en un radio de 100 kilómetros, en cinco centros diferentes.
Nada más darse la voz de alarma, comenzaron las reacciones y se gestó un frente de oposición en el que se ha implicado todo aquel que tiene acceso a una tribuna pública.
El alcalde de Elche, el socialista Diego Maciá, ha entrado en el debate en la recta final, y lo ha hecho de forma sorprendente: considera "globalmente aceptable" el proyecto del PP y se muestra deseoso de que comiencen las inversiones. Maciá cree que es "conveniente, pero no necesario", que la nueva universidad nazca con el beneplácito de la existente.
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