La herencia tricolor
Izquierda Republicana pide 2.000 millones por sus bienes incautados en la guerra civil
Casi medio centenar de publicaciones, algunas el germen de diarios que se siguen publicando; edificios, cooperativas, escuelas laicas, cuentas corrientes... Ese es el patrimonio que en su día tuvo, y hoy reclama, Izquierda Republicana. Todo fue arrasado por la riada de los vencedores: por la famosa ley de responsabilidades políticas del 9 de febrero de 1939, que arrambló con los bienes de los partidos y las organizaciones obreras que se pusieron del lado del Gobierno de la República el 18 de julio de 1936. Ahora, 60 años después, continúan intentando recuperar su herencia. Algunos, como los sindicatos CNT y UGT, han logrado que sé les devuelva parte de lo que fue suyo; otros, no. Izquierda Republicana, por ejemplo, sigue pidiendo unos bienes que valora, al actual precio de mercado, en torno a los 2.000 millones de pesetas.
Están buscando con santa paciencia en viejos archivos, apelando a la memoria de los escasos supervivientes, revolviendo en polvorientos papeles para demostrar una propiedad que, en definitiva, nadie niega, pero nadie reconoce del todo. Isabelo Herreros, secretario general de Izquierda Republicana, y Rosa Aguilar, portavoz parlamentario de Izquierda Unida, donde está hoy encuadrada dicha organización, se entrevistaron la semana pasada con el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos y el secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, José María Michavila. Cascos les prometió que el proyecto de ley para proceder a la devolución de lo expropiado sería pactado con las fuerzas interesadas: Esquerra Republicana, PSOE, PCE, Unió Democrática, PNV y la propia Izquierda Republicana.
Cualquier documento vale
Mientras tanto, a los republicanos todo les vale para demostrar sus derechos. Por ejemplo, el escrito de la Joventut Republicana, que tenía su sede en Rambla de les Flors, 4, en Barcelona, y que se dirigía al comité local de Castellón para anunciarle la creación de una biblioteca y animarle a contribuir a su mantenimiento: "Vergüenza sentimos como Españoles de la herencia de incultura y barbarie que nos legó la monarquía, y a galardón tuvo la República elevar el nivel cultural del pueblo, merced a la incrementación de todos los medios idóneos para alumbrar las inteligencias y educar las voluntades".Lo que importa del escrito es la data y el membrete en el qué se localiza la sede de la Joventut Republicana. Luego, habrá que iniciar una investigación sobre la existencia de escrituras o cualquier documento que acredite la propiedad o, por el contrario, que evidencie que se trata de locales alquilados o incautados en su día.
Es el mismo valor que tiene una recomendación del secretario de Izquierda Republicana de Madrid, José Carreño España, que extiende un certificado de "intachable conducta republicana y de adhesión al régimen" a Enrique Rojas Sánchez, que "tiene solicitada su inscripción como afiliado a este partido". La secretaría estaba en la avenida de Conde Peñalver, 3, hoy Gran Vía.
Todo vale, aunque en algunos casos se haya descubierto que eran locales alquilados, como los de la sede de Izquierda Republicana en la calle Mayor, de Madrid, de donde salió la misiva que, con precioso estilo de pendolista, extiende de puño y letra el secretario de su Junta Municipal: "Le agradeceré que reciba y atienda al portador, afiliado de nuestro partido".
En algunos lugares el censo de bienes no ha presentado demasiadas dificultades, como en Cáceres, donde una tesis doctoral ha dibujado exactamente las propiedades de Izquierda Republicana. En Madrid se sabe que había seis locales. Uno, hoy solar, estaba en Vallecas y de él se han recuperado los planos. Se trata del Centro Republicano, Escuelas Laicas Niños y Niñas. Se encontraba en la calle de Santa Julia, esquina a Puerto Alto, antes calle de Pablo Iglesias.Otro, ahora un edificio moderno, se hallaba en la calle de Mateo García, 1. De otro inmueble madrileño se sabe por los recibos de cotización, por 1 peseta, extendidos por el Secretariado Técnico de Enseñanza, sito en la avenida de Rusia, 3.
En Alicante se tiene constancia de las dependencias de la Federación Provincial de Sindicatos Agrícolas, en la travesía de Pelayo, 3, por un escrito al presidente de Izquierda Republicana de Jumilla pidiéndole que los ponga en contacto con algún productor y cosechero de esparto.
Del rastreo han salido 160 cuentas corrientes, algunas de cooperativas y sociedades en las que el partido tenía intereses. Hoy están en el Banco de España y se sabe poco de ellas. Ni siquiera, el saldo, aunque, por bajo que fuera, su actualización podría suponer una sorpresa.
Izquierda Republicana era propietaria de más de medio centenar de publicaciones, entre diarios y revistas. Algunas, con sus instalaciones correspondientes, como el Defensor de Granada, que se publicó entre 1880 y 1936. También las tenía El Luchador, de Alicante. El Mercantil Valenciano, en Valencia entre 1872 y 1939, derivó en el actual Levante.
Uno de los directores de la prensa republicana, Bibiano Fernández Osorio Tafall, que publicó en Pontevedra de 1932 a 1936 el diario El País, pasó tras la guerra española a ser funcionario de la ONU y fue uno de los fundadores de los Cascos Azules.
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