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Los guerristas exigen a Felipe González que se defina sobre la ejecutiva que quiere

Anabel Díez

Los guerristas ven caer las hojas del calendario temiéndose lo peor. Tanto que, a 11 días para el comienzo del 34º Congreso del PSOE, han decidido extender por toda la organización un grito de apoyo para el vicesecretario general, Alfonso Guerra. Están persuadidos de que, hoy por hoy, la decisión la mayoría es apartarle de la dirección. "Queremos evitar que la mayoría provoque un congreso confrontación", manifiesta el presidente de la Federación Socialista Madrileña, José Acosta, promotor de un manifiesto en el que se exige a Felipe González que rompa su silencio y se defina sobre la ejecutiva que quiere.

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Junto a ese manifiesto se va a poner a la firma otro dirigido a representantes de la cultura y el pensamiento de gentes vinculadas o no al PSOE. Estas iniciativas las entienden los guerristas no como un pulso, sino "como un intento de evitar que la mayoría haga un congreso de confrontación", dijo a este periódico el presidente de la FSM, José Acosta. La medida ha sido acogida por el secretario de organización socialista, Cipriá Ciscar, con aparente tranquilidad y sin mucha preocupación. "Cuando se abre una nueva etapa siempre hay quien impulsa el cambio quien acepta el cambio y quien se resiste al cambio".Ciscar remató así su reflexión: "La inmensa mayoría de los componentes de la comisión ejecutiva vienen mostrando su disponibilidad para dejar de estar, pero esa mayoría no supone la totalidad". El auténtico protagonista de los preparativos de este congreso hizo estas consideraciones tras la reunión de la ejecutiva de ayer, en la que se evitó mencionar a Guerra. Sólo se habló del debate sobre el estado de la nación, que comienza mañana en el Congreso.

Del contenido del manifiesto a favor de que Alfonso Guerra continúe en la ejecutiva se desprende con claridad la intención de los guerristas. "Damos nuestro apoyo a los compañeros Ramón Rubial, Felipe González y Alfonso Guerra, que representan el engarce entre nuestro pasado y un socialismo democrático moderno y pujante, y desde luego las distintas y complementarias formas de ver y sentir nuestra organización y nuestra filosofía en las distintas capas sociales, sin cuyo apoyo no podríamos recuperar la capacidad de gobernar y, por tanto, de conseguir una sociedad más libre, más justa y más solidaria".

Intereses generales

En el punto siete de un texto de diez se dice: "No entendemos, y es más, rechazamos los intentos de prescindir y eliminar a Alfonso Guerra de la próxima Comisión Ejecutiva Federal". "Esos intentos -continúa- no corresponden a lo que son los intereses generales del PSOE, ni por tanto del conjunto de la izquierda social española a la que nuestro partido se debe".

En la defensa de Alfonso Guerra añaden: "No es entendible que se quiera eliminar a uno de los líderes sociales que tiene nuestro partido, que ha aportado y aporta iniciativas en torno al ser y al actuar del socialismo en este final de siglo". El final es para pedir unidad: "Llamamos a un congreso de unidad y concordia frente a nuestro quehacer principal, frente y contra la derecha".

Los guerristas quieren creer, al menos eso dicen, que Felipe González no tiene nada que ver con los deseos de excluir a Guerra, pero llegados a esta situación le piden que se defina. "El secretario general cuenta con el apoyo unánime, pero le pedimos que diga qué ejecutiva quiere", afirma José Acosta. El sector guerrista de la FSM va a llevar la bandera de la defensa del vicesecretario, pero quiere preservar la paz de esta federación que dirige Jaime Lissavetzky, cuyo talante conciliador es reconocido por todos los sectores.

Las llamadas a que Felipe González se decante chocan con su deseo de mantenerse al margen de las negociaciones que lleven a formar una nueva ejecutiva. La situación ideal que concibe el guerrismo es la de que mañana mejor que pasado debiera quedar claro que Guerra continuará en la dirección del partido. Si no es así, "la parte del partido que no está de acuerdo en echar al vicesecretario general tendrá que presentar una respuesta unida y común", informa Acosta. Aseguran que no tienen intención de conspirar, pero si la mayoría no da su brazo a torcer de aquí al congreso, proliferarán las cenas.

En un restaurante del viejo Madrid se reunió hace veinte días una representación de guerristas, la mayoría parlamentarios, aunque todavía no creían que el objetivo de prescindir de Guerra iba en serio. Ahora saben que no es una broma, por lo que dan por seguro que una o dos veces más tendrán que compartir mantel para preparar acciones que convenzan a la mayoría de que no prescinda del número dos del PSOE.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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