El nazi Erich Priebke, condenado a cinco años en un segundo juicio
El segundo juicio del crimen de las Fosas Ardeatinas, donde 335 italianos fueron asesinados el 24 de marzo de 1944, podría resultar tan polémico como el primero, cuando los nazis Erich Priebke y Karl Hass, ambos octogenarios, fueron declarados culpables, pero no condenados en atención a los atenuantes y al tiempo transcurrido desde los hechos. El tribunal militar que retomó el caso en medio de un gran escándalo les impuso ayer sendas penas de 15 años y 10 años, de cárcel, de las que se les condonan 10, tras declarar probada su participación en el horrendo crimen.
Los dos ancianos nazis quedarán prácticamente libres, ya que se les condonan 10 años. Hass tendrá la libertad inmediata, según precisa la sentencia. Pero la de Priebke no se hará esperar mucho, ya que lleva cumplidos cerca de dos años, casi la mitad de la pena.Concluye así un nuevo episodio judicial que viene a demostrar las dificultades crónicas que se encuentran en Italia para juzgar este tipo de delitos y los resquemores que todavía remueven en la conciencia nacional. Hace un año, el 1 de agosto, el Gobierno de Romano Prodi volvió a encarcelar a Priebke para contener las furiosas protestas que la sentencia absolutoria del primer juicio suscitó en la comunidad judía. Tres meses después, el 15 de octubre, el Tribunal Supremo anuló el veredicto, y así comenzó este segundo proceso. Ni la justicia civil ni la militar quisieron hacerse cargo del mismo. El Supremo decidió que el caso siguiera en manos de los militares.
Priebke fue detenido el 9 de mayo de 1994 en Argentina, por una denuncia promovida presumiblemente por el Centro Simon Wiesenthal, la organización dedicada a la caza de los nazis en todo el mundo. Italia no pudo por menos de pedir la extradición. Sólo 75 de las 335 víctimas de las Fosas Ardeatinas eran judíos. El asesinato masivo fue una represalia al atentado de vía Rasella, una calle romana donde un comando de la resistencia hizo explotar una bomba que mató a 33 soldados nazis. Diez prisioneros italianos por cada alemán muerto.
"El tiro en la nuca no es cruel"
Varios supervivientes han identificado a Priebke durante el proceso como un oficial especialmente cruel y decidido a matar a los represaliados. Su abogado replicó que "un tiro en la nuca no es nunca cruel". Hass vino a Roma el año pasado voluntariamente a declarar como testigo de cargo contra Priebke, pero, finalmente, le absolvió, declaró que él mismo intervino en las ejecuciones y fue procesado.La defensa básica de los dos acusados ha sido que se limitaron a cumplir las órdenes de su jefe, el capitán de las SS Herbert Kappler, y que, si se hubieran resistido, habrían sido fusilados. Kappler fue condenado a cadena perpetua en Italia en 1948, pero logró huir de la cárcel en 1978, sin que se haya sabido nunca quién o quiénes le ayudaron.
Las primeras reacciones a la sentencia de ayer fueron moderadas por todas las partes interesadas en el asunto. Un portavoz Judío, como Elan Steinberg, director ejecutivo del Congreso Judío Mundial, se declaró satisfecho porque dijo que ha habido una condena que "demuestra que la memoria no muere con el tiempo". También se declararon satisfechos los defensores de Hass y los representantes civiles.
Marisa Musu, portavoz de una organización de partisanos, la consideró, en cambio, "escandalosa y peligrosísima". Un tribunal de Roma acaba de iniciar diligencias contra dos ancianos partisanos, sobre la base de que el atentado de Vía Rasella no fue un acto de guerra, sino un delito común.
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