Sorprendente eliminación de Australia ante Irán

A falta de 15 minutos para el final del partido de desempate, Australia tenía una cómoda ventaja: 2-0. El encuentro de ida para dilucidar entre el campeón de Oceanía e Irán la última plaza para Francia 98 había terminado 1-1. Los pupilos de Terry Venables y los 90.000 espectadores del Cricket Ground de Melbourne festejaban por adelantado la segunda presencia australiana en una fase final de un Mundial de fútbol. Y más cuando repasaban lo que había sido el partido hasta entonces: pésima prestación iraní y multitud de ocasiones desperdiciadas por parte local. Sólo llevaban dos goles (Kewell, m. 32, y Vidmar, M. 48), pero podían haber sido más. Sin embargo, en sólo tres minutos, entre el 77 y el 80, Irán dio la vuelta a la historia. En tres ataques, lograron dos goles (Bagheri y Azizi) y el soñado pase a Francia 98.

Fue tan clara la superioridad australiana que el propio seleccionador de Irán, el brasileño Valdeir Vieira, se sintió incómodo en la conferencia de prensa. "Lo siento sobre todo por Australia, tienen que estar destrozados", dijo. "Han jugado mejor que nosotros y han merecido ganar".

Con menos remilgos acogieron en Teherán la noticia. Millones de ciudadanos se lanzaron a las calles de la capital iraní y de las otras grandes ciudades para celebrar la segunda presencia de su selección en una fase final de un Mundial. La mayoría de los celebrantes eran jóvenes que no cesaban de hacer sonar los cláxones de los automóviles. "Es el día más feliz de mi vida", decían. El presidente iraní, Mohamed Khatami, y el Guía del pueblo, el ayatola Alí Jamenei emitieron un comunicado de enhorabuena a los jugadores y al pueblo iraní "por esa extraordinaria victoria".