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"Panoramix es un buen retrato de lo que era en realidad un druida"

Jacinto Antón

Luce un medallón en dorado con extraños símbolos grabados. Los largos cabellos blancos que nimban su frente despejada le otorgan un aspecto venerable. Tiene una mirada profunda y habla de muérdago y calderos. Más que un estudioso de los druidas, parece un objeto de ese estudio. Pero no, Jean Markale (París, 1928) es un célebre investigador de la tradición celta que ahora ha puesto su apasionado saber, vertido en libros como Druidas (Taurus, 1989), en una serie de novelas sobre el mito artúrico (El ciclo del Grial, Martínez Roca). Markale subraya la relación que se establece entre el mundo céltico y el de la Tabla Redonda a través del personaje "druídico" de Merlín. Y considera que otro personaje bien popular, Panoramix, el druida de Astérix el galo, pese a ser una criatura del comic, "es una buena descripción" de lo que eran esos misteriosos sacerdotes celtas. Para Markale, Uderzo y Gosciny "se informaron muy bien".Jean Markale tendrá aspecto esotérico -no en balde ha sido actor, representando, precisamente, el papel de Merlín-, pero a la hora de beber no pide un cáliz sino un Jameston. "La palabra whisky", recuerda con una sonrisa cómplice, "viene del celta usquebaugh, agua de vida".

Explica cómo llegó a interesarse por el universo céltico: "Soy bretón y mi bisabuelo era irlandés. Me educó mi abuela en Bretaña. Pasé todas mis vacaciones en el bosque de Brocéliande. Me fui empapando de leyendas célticas. Luego frecuenté a los surrealistas, muy interesados por lo céltico, e hice amistad con Breton [que prologaría su primer libro, Los grandes bardos galos, l956]". Profesor de clásicas, Markale dejó la enseñanza al cumplir los 50 años y desde entonces se dedica de pleno a la escritura (es autor de 76 títulos).

El druidismo es uno de sus temas favoritos. "El druidismo era una religión de origen indoeuropeo, paralela a las religiones de Roma, Grecia y Germania, pero cargada con elementos autóctonos de las zonas de Europa en que se implantó" dice.

Adivinos, magos, maestros

Los druidas, "equivale de los brahamanes indios y los flamines romanos, no eran sólo sacerdotes, sino filósofos, magos, maestros, médicos, adivinos y embajadores", añade. Y menciona a los druidas Sencha, al que le bastaba levantar su rama de paz para que los combatientes se separaran; el magnífico Cathbad, "señor de los elementos", el eduo Diviciacos o el muy guerrero Mog Ruith, con su escudo de estrellas, gran espada y jabalinas envenenadas. "Eran la clase social más importante en el mundo céltico, incluso tomaban parte en la elección del rey", dice.Siguiendo a Dumézil, Markale apunta que en el mundo celta, el rey y el druida conformaban una pareja básica del sistema social indoeuropeo cuyo modelo eran los indios Mitra, dios soberano, y Varuna, dios mago. Esa pareja, observa, tendría su continuidad en Arturo y Merlín.

Markale señala que es cierto que los druidas vestían de blanco y realizaban sus ceremonias en los bosques. En cambio pone en duda que practicaran los sacrificios humanos con la salvaje prodigalidad que se les ha atribuido. Considera que el mundo latino realizó una cierta demonización de los druidas como forma de acabar con su poder, incompatible con la romanización.

Se ha dicho que los druidas predicaban la reencarnación. Markale afirma que creían que las almas eran inmortales y que se renacía, pero en otro mundo. A ese otro mundo se aludiría en el Avalon artúrico.

Para Markale, Merlín representa la unión del mundo druídico con el mito del Grial. "Merlín es a la vez druida y sacerdote cristiano", señala. En su serie El ciclo del Grial, compuesta por ocho volúmenes -seis publicados ya en España, el último Perceval el galés-, el autor, que alaba el filme Excalibur, de John Borman, ha querido hacer una síntesis de las leyendas artúricas reescritas en un lenguaje actual.

Pese a su fascinación por los druidas Markale está en contra del neodruidismo, al que acusa de "esoterismo muy barato, de pacotilla", y del "delirio celtomaníaco". Y subraya: "Es absurdo tratar de resucitar la religión de los galos y celtas en general, porque desapareció definitivamente con la sociedad que le daba sentido".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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