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El PP envía a dos ministros y a su coordinador al País Vasco en una acción de apoyo a sus concejales

El PP realizó ayer una ofensiva en Euskadi de apoyo a los cargos electos ante la oleada de atentados de ETA y la consiguiente salida de diferentes responsables del PP de Euskadi por el temor a un atentado. La presencia en Vitoria del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja; el viaje a San Sebastián del coordinador general del PP, Ángel Acebes, para mantener una cumbre con los cargos electos del partido y la visita a Vizcaya del ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, sirvieron para una catarsis generalizada.

Las noticias aparecidas ayer en los medios de comunicación sobre el abandono de Guipúzcoa de varios cargos electos y dirigentes del PP por la presión terrorista de ETA supuso un jarro de agua fría para la familia popular. Una tregua no explícita había pasado a mejor vida. Y de ello se lamentaba el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, quien pidió respeto a la privacidad de los electos. Consciente de que los últimos asesinatos de cargos del PP en Guipúzcoa han incrementado los temores que ya se arrastraban en el último año, la dirección del PP pasó a la acción. Aunque algunas de las visitas ya estaban previstas, la presencia por la mañana en Bilbao y en la sede de Barakaldo (PP) de Mariano Rajoy; la reunión mantenida en Vitoria por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, con responsables del partido, cargos electos y el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, y la cumbre celebrada a última hora de la tarde en San Sebastián con la presencia de Ángel Acebes, los responsables provinciales y los ediles pretendían dar una bocanada de ánimo y calor a los cargos amenazados por el terrorismo. Pero sobre todo fue una auténtica catarsis para los ediles.En Barakaldo, Rajoy compartió mantel con una veintena larga de concejales y cargos entre los que estaban la edil y secretaria de Nuevas Generaciones Esther Martínez, y el secretario general en Vizcaya, Antón Damborenea, quien reconoció que la situación en Vizcaya era más tranquila. "La gente preguntaba más por la ruptura del PSE que por el asunto terrorista", dijo. En Vitoria, se celebró un encuentro y un posterior almuerzo en el Club de tenis La Peña, situado en uno de los barrios más elitista de Vitoria, al que asistieron los principales cargos salvo el presidente de PP en esta provincia, Ramón Rabanera. Ésta es la quinta reunión de este tipo en Vitoria, de las que sólo tres han sido públicas, informa Pedro Gorospe. Fuentes conocedoras del encuentro indicaron que algunos ediles de la Rioja alavesa sugirieron que el flexibilizar algo la política penitenciaria podría reducir la crispación y el riesgo. Justo lo contrario de lo que dijo ayer el presidente del Gobierno, José María Aznar, que abogó por mantener la "firmeza democrática".

Pero la cumbre popular se celebró en la capital guipuzcoana, donde la situación generada por la oleada terrorista es más grave. Mayor Oreja y Acebes presidieron la reunión extraordinaria de la comisión ejecutiva y los cargos públicos del PP guipuzcoano, convocada para analizar la situación de tensión inaguantable creada por ETA. La publicación ayer del goteo de renuncias que se han ido produciendo entre estos militantes, junto a la conciencia del riesgo que supone para sus vidas el tratamiento que de ello ofrecieron algunos medios informativos, fue la gota que ayer desbordó el vaso, informa Maribel Marín.

Frente a lo publicado por algún periódico, los ediles defendieron la labor de los escoltas y mostraron su agradecimiento a la Ertzaintza (policía vasca) por la labor que realizan. La reunión estaba destinada, sobre todo, "al desahogo de cada uno de nosotros, a expresar nuestro profundo malestar ante la situación impresentable que significa que algunos compañeros se erijan en salvadores y víctimas, y entre todos alimentemos el morbo mediático", transmitió ayer uno de los cargos guipuzcoanos antes de llegar al el Hotel María Cristina, donde se produjo el encuentro. El anterior comité ejecutivo, celebrado el lunes anterior al asesinato de Manuel Zamarreño, también fue polémico y reveló asimismo las tensiones internas que se están librando por el ajuste de las listas parlamentarias. Mayor Oreja llegó minutos antes de las siete de la tarde al hotel, donde le esperaba el subdelegado del Gobierno, Eduardo Ameijide, y mientras iban llegando los cargos públicos guipuzcoanos y algunos miembros de la ejecutiva. Con el ministro estaba Iturgaiz y Villar. Acebes llegó más tarde. Ninguno de ellos quiso hacer declaraciones y en su semblante grave se dibujaba la preocupación que viven los militantes del PP.

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