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Renfe calcula que entrará en beneficios en 10 años, gracias a la inversión en infraestructura

Renfe, empresa emblemática del sector público y tradicional pozo sin fondo para el dinero estatal -deuda acumulada en torno al billón de pesetas y 262.000 millones de aportación pública en 1997-, baraja una estimación que, hoy por hoy, puede resultar sorprendente. Según sus propios cálculos, la compañía de los ferrocarriles entrará en beneficios en diez años. La razón para tanto optimismo son las inversiones previstas por el Ministerio de Fomento en infraestructuras, especialmente en las líneas que comunican el centro de España con el norte de la Península.

Un informe de la compañía destaca que estas inversiones afectarán a 28 millones de potenciales usuarios, repartidos en 32 provincias.Sólo en las relaciones entre Madrid y la cornisa cantábrica, Renfe espera multiplicar dos veces y media la demanda actual, con la vista puesta en la captación de 15 millones de nuevos viajeros al año y unas ventas superiores a los 55.000 millones de pesetas.

El gran cambio lo produciría la obra de la variante de Guadarrama, con un coste previsto de unos 200.000 millones de pesetas. Este ramal permitiría descubrir el tren a una población de 14 millones de personas -que ahora utilizan la carretera en sus desplazamientos en un 76% de los casos- y situar el tiempo medio de viaje en las relaciones entre Madrid, Gijón, León, Burgos, Santander, Vitoria o San Sebastián en unas tres horas, "umbral óptimo de explotación del tren", según el estudio de Renfe.

La dimensión del cambio al que aspira la compañía ferroviaria se comprende mejor si se tiene en cuenta que los ingresos en las líneas de largo recorrido hacia el norte de España cayeron un 4% el pasado año y se quedaron por debajo de los 6.000 millones.

La revolución ferroviaria que augura la empresa que preside Miguel Corsini se basa en la idea de que, con las obras previstas y la especial configuración del país (el 70% de la población se concentra en ciudades con distancias medias entre ellas de 400 a 700 kilómetros), el tren puede multiplicar por cuatro su presencia en el mercado y arrebatar al transporte aéreo interno buena parte de la tarta.

Con las infraestructuras en marcha o previstas, según Renfe, la duración de los principales recorridos ferroviarios se va a acortar de forma espectacular. En muchos casos, la duración se aproximará a la mitad de la actual. La pregunta en la que los técnicos ferroviarios basan su estrategia comercial es la siguiente: ¿Compensará tomar el avión de Bilbao a Madrid cuando se pueda hacer el viaje en tren en tres horas y cinco minutos, en vez de las cinco horas y 40 minutos actuales? ¿O de Madrid a Santander si el tren llega en tres horas y media en vez de cinco y media?

Como ha demostrado el AVE Madrid-Sevilla, la duración del viaje por tren puede competir con la del avión, si se tienen en cuenta factores como la rapidez de los trámites de embarque y la localización de las estaciones en el centro de las ciudades. De hecho, el informe asegura, acerca de la competencia con el avión, que "la cuota de mercado podría quedar en diez años en una tasa de 80%-20%", a favor del ferrocarril.

Los técnicos aseguran que sólo el anhelado AVE entre Madrid y Barcelona (un billón de pesetas de inversión prevista) supondrá incrementar casi cinco veces el número de viajeros que ahora utilizan la línea ferroviaria entre ambas ciudades y alcanzar la cifra de 4.200 millones de viajeros por kilómetro.

El cálculo forma parte del "país de tren" en que se habrá convertido España en una década, según Renfe. A ese sueño, reconoce la compañía, habrá contribuido mucho el AVE Madrid-Sevilla, la línea de alta velocidad que llegó a ser calificada por algunos de "tren bobo". Sin embargo, el AVE Sevilla-Madrid se ha convertido, en apenas seis años, "en la espoleta para que todos -contribuyentes, medios de comunicación, empresas y administraciones- confíen en las posibilidades del tren como modo de transporte", señala ahora Renfe.

El AVE capta en estos momentos el 80% de todos los viajes en medios públicos de transporte que se realizan en el corredor y ha modificado enormemente el mercado de las comunicaciones entre Madrid y Andalucía, ya que, con la colaboración de los trenes Talgo 200, se han reducido también de forma muy notable los tiempos de viaje a Málaga, Cádiz y Huelva.

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