El daño de una mala imagen
Cada vez que en los medios de comunicación se difunden informaciones sobre mafias chinas, la comunidad oriental madrileña tiembla, y no tanto por miedo a las tríadas como por el daño que sufre la imagen de su pueblo.Juan Carlos Xu niega que exista una mafia china en España. "Hay casos concretos de delincuencia, pero no una organización delictiva arraigada, los brotes que existían ya se cortaron de raíz", asegura. "No todo lo que es ilegal es mafioso, eso de las tríadas es más una idea de las películas de Bruce Lee", considera.
"También en España hay personas malas, pero no se habla de mafia española", añade. "Es como cuando encontraron a dos chinos pescando carpas en la Casa de Campo y se corrió la voz de que dábamos ese pescado en los restaurantes; habrá quien lo haga, pero no la mayoría", matiza.
"Todas esas cosas han dañado la imagen que teníamos, que era buena, porque los ciudadanos nos consideraban trabajadores, educados y poco conflictivos", se lamenta Xu. "Nuestros hijos sufren con esos estereotipos, incluso mi chico de 17 años, un chaval apreciado por sus amigos españoles, que estudia Telecomunicaciones con buenas notas, me dijo un día, ya harto, que por qué no traspasaba el negocio y volvíamos a China".
Pero los agentes del Cuerpo Nacional de Policía no creen que la mafia china sea un invento peliculero. Según sus informaciones, existe un sindicato del crimen oriental asentado en Cataluña, País Valenciano, Madrid, País Vasco y, de forma incipiente, en Andalucía. Además de manejar las redes de inmigración ilegal, a esa cosa nostra asiática se le atribuye haber creado una red de restaurantes, casinos ilegales y talleres de confección de la que no se excluye la explotación de inmigrantes irregulares y la extorsión a compatriotas.
Fue la misteriosa explosión del restaurante Tiananmen (Doctor Esquerdo, 99), acaecida en 1993, la que disparó la alarma sobre una posible escalada de sus actividades delictivas.
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