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El Gobierno dominicano saca al Ejército a la calle y la oposición denuncia un "golpe institucional"

Tropas del Ejército de la República Dominicana rodearon ayer la sede del Congreso cumpliendo órdenes del ministro del Interior, Ramón Blanco, en medio de una crisis política que ha adquirido proporciones incontrolables. Blanco explicó que había tomado la decisión de movilizar al Ejército para "evitar desórdenes", mientras que miembros de la oposición hablan abiertamente de "golpe institucional".Las Fuerzas Armadas también mantienen rodeada la sede de la Liga Municipal Dominicana, órgano rector de los ayuntamientos del país y por cuyo control se enfrentan el partido en el Gobierno (Partido de la Liberación Dominicana, PLD) y la oposición. La polémica alcanzó su punto máximo el pasado lunes, cuando frente al edificio de la Liga se produjo un forcejeo físico entre el presidente del Senado, Ramón Alburquerque y el jefe de la Policía, Ánibal Sanz. En el tumulto hubo una decena de heridos por disparos, entre ellos tres senadores.

El despliegue ordenado por el Gobierno es de gran envergadura e incluye helicópteros artillados que patrullan los cielos de la capital dominicana. Mientras tanto, cientos de simpatizantes del opositor Partido de la Revolución Dominicana (PRD) se concentraban en las inmediaciones de la sede de la Liga y en algunos barrios de la ciudad se registraban enfrentamientos entre manifestantes y policías.

La polémica estalló tras la elección, en procesos paralelos, de dos secretarios generales para dirigir el organismo que controla los ayuntamientos. Uno de los elegidos es el candidato del Gobierno, Amable Aristy, y el otro es el candidato opositor, que resultó reelegido, el socialdemócrata Julio Martínez. Las votaciones se celebraron en hoteles diferentes y con electores diferentes y, naturalemente, cada candidato niega legitimidad a la victoria del contrario. El PRD controla 95 de los 115 ayuntamientos dominicanos, lo que en condiciones normales, debería haber dado la victoria a su candidato. La Liga controla por ley el 4% del presupuesto nacional y tiene gran influencia en las actividades políticas de los municipios, por lo cual su control incidirá en las elecciones generales del año 2000.

En medio de la polémica, el presidente del Senado, denunció ayer que las autoridades habían cortado el fluido eléctrico de la institución que preside en una maniobra que tenía por objeto evitar que los legisladores se reunieran por la tarde y se pronunciasen sobre la situación que atraviesa la Liga.

Nada más conocerse la noticia del despliegue de tropas, el presidente del PRD, Emmanuel Esquea, anunció que se querellaría contra el ministro del Interior y que acudiría a los tribunales "para restaurar la institucionalidad". Otros, como el conservador Pedro Gil, afirmaban que lo ocurrido no es más que un "brote de tropicalización" que sufre la República Dominicana. El pasado lunes, el presidente dominicano, Lionel Fernández, había asegurado en un discurso televisado con motivo de una festividad nacional que los domicanos están "unidos y en paz". Sin embargo, ayer su Gobierno acusaba a la oposición de "irresponsabilidad" y atribuyó la actual crisis a la "provocación" de los dirigentes socialdemócratas.

La Iglesia dominicana, por boca del obispo Núñez Collado, trato de actuar de mediadora y advirtió que "el país se mete en una crisis que puede tener consecuencias muy lamentables".

Desde el pasado sábado, el Gobierno ordenó a la Policía que cercase la sede de la Liga Municipal para evitar la elección del secretario general. Dentro quedaron encerrados varios alcaldes, entre ellos el de la capital, y varios senadores de la oposición, a quienes la policía advirtió que si salían no podrían entrar de nuevo.

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