Pieles de colores y anillos en la nariz

Si alguien quiere hacerse este fin de semana un tatuaje o ponerse un anillito en la punta de la nariz tendrá donde elegir si se llega a Córdoba. La ciudad acoge desde ayer y hasta el domingo la I Convención Nacional de Tatuajes y Piercing. Al certamen asisten 30 estudios de toda España y más de 120 profesionales del sector. Tan originales artistas proceden de los lugares más remotos de la geografía nacional: Gandía, Pamplona, Lérida, Tarragona o Madrid son una buena muestra. Por supuesto, también hay representación andaluza. Así, se pueden encontrar expositores llegados de Marbella, Granada, Sevilla o Córdoba. Entre los alicientes de las jornadas destaca la elección en la noche del sábado de Mister y Miss tattoo España. Cada uno de los estudios presentará a sus candidatos, que irán, como si de un concurso de belleza se tratara, representando a las diferentes localidades. Además de los primeros premios, rey y reina de la fiesta, el jurado tendrá que decidir cuáles de los tatuajes presentados resulta ser mejor en categorías tales como blanco y negro, color, originalidad o el trabajo más sexy. Ésta no es la primera vez que se conceden estos títulos: el agraciado el pasado año fue el cordobés Paco Perálvarez. Este galardón, junto al apoyo recibido por parte del Ayuntamiento de Córdoba, que ha cedido el pabellón que acoge la muestra, ha animado a los organizadores a elegir a la ciudad como primera sede de la convención nacional del sector. El hasta hoy Mister España del tatuaje dice no entender por qué le dieron el premio. "Además me eligieron como el más sexy", comenta entre risa y risa. Paco luce un anillo en la nariz, una especie de herradura como pendiente y hasta un pinchito en la ceja. Al ir vestido apenas si se ven sus tatuajes. Finalmente, enseña parte de sus méritos. Lleva tatuados el pecho, brazo y pierna izquierda, y un costado. Los motivos elegidos por el cordobés son en su mayor parte alusivos a tribus indias, aunque también tiene dos bonitas letras chinas. Pertenece al estudio El Sol y, según dice, es mucho el trabajo que tienen. Máxime si se considera que, aprovechando la industria joyera local, son los primeros distribuidores del país de material destinado al piercing. El stand de mayor prestigio es el Sun Tattoo, venido a la convención desde Lérida. Uno de sus miembros, Puri Arroyo, explica las tarifas: "Aquí en la feria vamos a cobrar unas 10.000 pesetas la hora, en nuestro estudio llegamos a las 15.000". En cuanto a los motivos elegidos por la clientela, cuenta que las chicas son más comedidas -por lo general flores y maripo-sas-; los hombres, sin embargo, suelen apostar por diseños grandes y un tanto truculentos, y priman las alusiones demoniacas y los dragones. Un poco más allá, el responsable de Alice Tattoo, de Granada, muestra una iguana a la que han tatuado una especie de letras desconocidas. "Son tribales, símbolos procedentes de las tribus de Borneo", dice, mientras toquetea al animal. Además del trabajo de los tatuadores, la convención acoge una exposición de motos (Harley Davidson y Triumph), y la celebración de conciertos musicales por las noches. Esta es la primera vez que los profesionales españoles del sector se reúnen de manera organizada para mostrar su trabajo. Según explica el promotor de las jornadas, José Peirón,la convención pretende acercar al público la labor de los tatuadores, con frecuencia denostada y asociada a la marginalidad y la delincuencia. Y, de paso, se promociona un poco a los profesionales nacionales.