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LA MAESTRANZA

Derrotados

Antonio Lorca

La novillada fue un fiasco. Seis ejemplares, seis, de la mansedumbre y la sosería. Seis novillos de auténtico deshecho, de pura sangre mansa, inservibles para cualquier atisbo de arte. Seis animalitos que huían de su sombra, se arrancaban con genio al caballo y no hacían pelea, se paraban en banderillas y llegaban a la muleta dificultosos, y con ganas de una despedida rápida. Un sonoro fracaso ganadero. Un regalo de novillada para tres promesas que sueñan con la gloria. Pero las promesas lo son si cumplen lo prometido, y estos novilleros no parecen tener las ideas muy claras respecto a su futuro. Eso se deduce de la actitud mantenida por la terna ante la papeleta que le tocó en suerte. Dicho queda lo de los nudillos, pero esa mala casta no justifica que los novilleros se mostraran tristes, derrotados y mecánicos.

González / Antequera, Alba, Ronquillo

Novillos de Juan José González: desiguales de presentación, mansos, descastados y difíciles. Martín Antequera: pinchazo, estocada y un descabello (ovación); estocada (ovación). Juan Carlos de Alba: casi entera tendida y un descabello (silencio); pinchazo y estocada (ovación). Rafael Ronquillo: estocada -aviso- y un descabello (silencio); dos pinchazos, estocada -aviso- (silencio). Plaza de la Maestranza. 27 de junio. Novillada de abono. Media entrada.

Poco torearon y verdad es que lo intentaron con capote y muleta. Martín Antequera naufragó en una faena larga y aburrida ante un impresentable novillo que iba y venía mientras el torero se perdía entre muletazos enganchados. Puso más empeño en el otro, pero embestía menos. Mató de una gran estocada y adiós muy buenas.

Juan Carlos de Alba puso toda la carne en el asador en el quinto, astifino, manso y difícil; se lució en unas verónicas a pies juntos y se la jugó en los primeros compases de muleta en derechazos arriesgados y vibrantes. Poco duró lo bueno porque las dudas del torero se unieron a las carencias del toro. En su primero dio pases y más pases y nadie se inmutó. Su toreo es superficial y no le sobra espíritu de lucha. Ronquillo se lució en un quite por chicuelinas, y eso fue lo mejor de su tarde. No mostró decisión ante su primero, y lo intentó con más interés en el sexto, aunque tampoco le salió una a derechas.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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