La negativa de tres préstamos desde España
El historiador del arte Fernando Marías, experto en los siglos XVI y XVII, es el único español que participa en el catálogo (624 páginas) de la exposición, junto a otros 16 autores, con un estudio sobre la ciudad ideal y las ciudades reales. También ha intervenido, por encargo del comisario, Henry A. Millon, en la búsqueda de materiales que representara el barroco español en Turín. "Es lamentable este divorcio entre las consideraciones de las instituciones y la política cultural", declaró ayer ante la negativa del préstamo de las tres maquetas de otros tantos centros españoles seleccionadas entre las escasas que se conservan del barroco. Fernando Marías señaló que, a pesar de la intervención del Ministerio de Educación y Cultura ante los organismos que custodian las obras, "desgraciadamente" España se ha quedado fuera de una exposición importante sobre el barroco europeo, al que aporta unas características especiales. "No entiendo muy bien las razones que han dado, ya que, además, los organizadores se encargaban de la restauración, en algún caso muy necesaria".
Henry A. Millon dijo en la presentación que de Lisboa se había recibido una pieza y que España no las había ofrecido por motivos de conservación o por ser figuras "consideradas como tesoros". "Lamentamos muchísimo no poder mostrar obras tan preciosas que se encuentran en museos de España y Portugal".
Las maquetas que se habían solicitado eran las del Ayuntamiento de Salamanca, de comienzos del XVIII, obra de los Churiguera; la capilla del Sagrario de la catedral de Toledo, de comienzos del XVII, y la capilla de la Virgen del Pilar de la basílica de Zaragoza, obra de Ventura Rodríguez.
Nacionalismo
En opinión de Fernando Marías, las tres maquetas iban a mostrar algunos aspectos del barroco español, de los más importantes de Occidente y punto de partida del hispanoamericano. La maqueta de Salamanca es un edificio civil por iniciativa del poder local, con el que se intenta hacer un monumento. La del Pilar es representativa de la religiosidad española, y la de Toledo, una capilla considerada como un relicario, con una amplia historia en dibujos de las distintas soluciones de arquitectos. "Estas piezas representan una vertiente más nacionalista de la arquitectura de los siglos XVII y XVIII, con el empleo específico de materiales, como la piedra y su corte, y la decoración, donde las fuentes internacionales, sobre todo las italianas, son evidentes en su traslado, como el sentido de la policromía y la unidad de las artes", dice Marías. El barroco español está unido también a otros conceptos, según Marías, como el legado de la arquitectura del Renacimiento, con unas propuestas en paralelo al barroco, el dinamismo de los edificios en relación con el espectador, que se consigue con líneas rectas y no curvas, y los trabajos de los materiales basados en la geometría.
Babelia
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