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El "violador de Pirámides" tiene una personalidad obsesiva compulsiva pero no está loco, según los peritos

En la sexta jornada del juicio a Arlindo Carbalho, apodado el violador de Pirámides, se conocieron los contenidos de las pruebas psiquiátricas. Los peritos que comparecieron ante el tribunal no dejaron dudas respecto de la imputabilidad del acusado. Tras una serie de entrevistas clínicas mantenidas con Carbalho, las declaraciones de su esposa y un conjunto de exámenes psicológicos estándar, la personalidad del acusado fue definida como "obsesiva compulsiva", con un nivel elevado de ansiedad. Estos rasgos patológicos explicarían sus recurrentes conductas sexuales agresivas, pero, en caso de que los magistrados confirmen su culpabilidad, en modo alguno le salvarían de ir a prisión por causa de enfermedad mental.

Tanto los médicos forenses como los peritos privados que realizaron informes sobre el acusado coincidieron en que el problema de eyaculación precoz reconocido por Carbalho y la alteración morfológica de uno de sus testículos por varicocele -mencionados a lo largo de las vistas como factores traumáticos para el desarrollo normal de su sexualidad- no tienen gran incidencia en la psiquis del implicado, que es capaz de reconocer su compulsión e incluso de dominarla en ciertas ocasiones.

"He abandonado a muchas (mujeres) en el ascensor", confesó Carbalho, según los psiquiatras, respecto de violaciones que no llegó a concretar.

La amnesia que acusa, por otra parte, sería de tipo "psicógeno defensivo", un mero mecanismo mental para evitar declarar en perjuicio de sí mismo.

Los peritos recogieron además las expresiones de la esposa, que declaró que no había notado anomalías en la conducta cotidiana de su marido y que las denuncias resultaron para ella "un jarro de agua fría". Cuando ayer los expertos recordaron las palabras de la mujer, Carbalho lloró. Más inquieto que de costumbre, se ofuscó con un forense e interrumpió su testimonio para gritar: "Yo no puedo tolerar que aquí se afirme que no siento arrepentimiento por las víctimas, cuando nunca he dicho eso". Según el informe, Carbalho habría escrito una carta en la que sólo reconoce a su familia como víctima de su proceder.

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