Un avión se estrella frente a la costa de California con 70 pasajeros

El vuelo 261 de Alaska Airlines inició ayer su habitual recorrido entre Puerto Vallarta (México) y San Francisco (EEUU), pero se estrelló contra el mar a sólo 35 kilómetros del aeropuerto de Los Ángeles. Los primeros datos indicaban que a bordo del aparato, un MD 80, podían viajar unas 70 personas. Las tareas de rescate estaban siendo retransmitidas la madrugada de hoy por las televisiones estadounidenses.

El avión, según las últimas informaciones, sería un bimotor MD 80, el modelo de McDonnell Douglas que sustituyó al popular DC 9. En el primer momento se creyó que se trataba de un Boeing 737, pero las autoridades lo negaron minutos después. Todas las fuentes señalaron la seguridad del MD 80.El vuelo regular de Alaska Airlines tenía problemas mecánicos y así lo comunicó la tripulación a la torre de control del aeropuerto internacional de Los Ángeles, donde solicitó permiso para efectuar un aterrizaje de emergencia ya que no podía llegar hasta San Francisco. Pero no logró si quiera realizar la operación de emergencia. Los radares perdieron la señal del avión cuando éste volaba a 17.000 pies, mucho más bajo de los 30.000 que hubiera sido lo habitual. Frente a la costa de Santa Bárbara, unos 35 kilómetros al noroeste del aeropuerto de Los Ángeles, en el lugar conocido como Punta Mugu, el avión se precipitó contra el mar a las 00.45 hora peninsular española. Según las autoridades aéreas estadounidenses, el avión llevaba un pasaje de 65 personas y una tripulación de 5 miembros.

Las primeras imágenes de la zona del impacto mostraban una gran mancha de combustible y restos esparcidos en cientos de metros. Inmediatamente dos barcos del servicio de Guardacostas y varios helicópteros se desplazaron a la zona, donde se rastreaba desesperadamente a la búsqueda de algún superviviente. Barcos de pesca se unieron a las labores de rastreo. Sin embargo, en las imágenes servidas en directo por las principales cadenas de televisión estadounidense sólo se podían observar restos del avión y el rastro que dejó al estrellarse.

Los expertos consultados en ese momento por la cadena CNN señalaban que la temperatura del agua no sería un problema para la supervivencia. El principal problema para los equipos de rescate era, en la madrugada de hoy, el viento, que comenzaba a soplar con fuerza, y la noche, que se echaba encima.

Un portavoz del Servicio de Guardacostas señaló la dificultad de que alguno de los pasajeros haya sobrevivido al impacto ya que los restos del fuselaje quedaron esparcidos a lo largo de unos 350 metros. Un guarda forestal de una isla cercana declaró haber visto el avión en el momento del impacto. Y algunos de los miembros de los equipos de rescate señalaron que se podía observar el avión, bajo el agua y volcado hacia abajo, lo que dificultaría aún más la salida de los pasajeros.

Veronica Bandrowsky, portavoz del Servicio de Guardacostas, mostraba la ausencia de información dos horas después del impacto. "No se ha encontrado a superviviente alguno, tampoco a víctimas mortales".

La Agencia para la Seguridad en el Transporte anunció esta madrugada que ya se ha organizado un equipo de investigadores que se desplazaban a la zona del siniestro.