La victoria anunciada
Álvaro González de Galdeano, ganador en Génova, firmó con antelación su gesta del Giro
Antes de comenzar una etapa, todos los corredores cubren el ritual de firmar en el folio de salida, un par de hojas cuadriculadas con el número de dorsal en cada recuadro. Allí, ayer, Álvaro González de Galdeano, formidable y veterano rodador del Vitalicio Seguros, en lugar de estampar su rúbrica cogió el bolíbrafo y, ni corto ni perezoso, escribió: "Hoy gano yo". ¿Fanfarronada? En absoluto. Un par de horas y media después, el mayor de los Galdeano (el guapo) puso manos a la obra, dio aliento a su presentimiento, escapándose en solitario. Quedaban por delante 124 kilómetros, la lucha entre su intuición y sus ganas y las necesidades variadas y múltiples del pelotón. Tres horas después, un ganador entraba en solitario, con 24 segundos sobre el pelotón desatado en sprint en Génova: Álvaro González de Galdeano, 30 años, vitoriano, profesional desde 1992, olímpico en Barcelona, contrarrelojista reputado, cuatro triunfos en su palmarés profesional que incluye militancias anteriores en el Artiach y en el Euskadi: una etapa en la Ruta de México, otra en el GP Jornal de Notícias de Portugal y dos en la Vuelta a Asturias. ¿Quién dijo fanfarrón? Más bien, un luchador solitario que alcanzó a vivir su gran momento.Su hermano Igor, buen profesional también, también en el Vitalicio, más escalador que rodador, segundo en la última Vuelta a España, 27 años, vio la etapa desde su casa alavesa y dijo: "Esta victoria le ha valido a mi hermano para resarcirse de todas las escapadas que ha intentado en su carrera profesional. Creo que de las más o menos 50 que ha protagonizado es la primera que le sale bien". Exageraba un poco Igor, pero no tanto.
"Es mi estilo de correr y ganar", dijo luego Álvaro. "Me gustan las escapadas en solitario. Lo bueno que tienen es que sólo te tienes que preocupar de ti mismo". ¿Egoísta? Como todos.
La técnica de la escapada fue la habitual: salida fuerte, sin respiro, cierta permisividad del pelotón, nula atención del equipo del líder, a quien no inquietaba en absoluto (37º en la general, a 38m del líder, el italiano Francesco Casagrande, que conserva la maglia rosa) y discreta vigilancia de los equipos de sprinters, que no quieren nunca intervenir antes de tiempo. Así, en un abrir y cerrar de ojos, en el kilómetro 180, a 60 de la meta, el fugado alcanzó una ventaja de 7m, el tiempo que le concedió el pelotón, el colchón que debía administrar. En un 99% de los casos, el pelotón gana. Ayer tocó al 1%. Influyó una caída y también la falta de fe: quienes más tiraron para cazar fueron el Polti y el Fassa Bortolo. El Saeco no se inmiscuyó; el Rabobank, como siempre, se puso a la faena a última hora, y el Kelme, otro habitual en el control, no quiso interferir en una escapada española. Al final, 24s. Suficientes.
La victoria de Álvaro G. de Galdeano es la segunda de un ciclista español en este Giro (sin contar con la alucinante descalificación de Vicioso) tras el otro triunfo en solitario de Rubiera. Es también la tercera victoria de su equipo, el Vitalicio, en la carrera italiana, tras el prólogo victorioso del checo Jan Hruska y la contrarreloj del colombiano Víctor Hugo Peña.
Un caso curioso: el equipo dirigido por Javier Mínguez es el líder por número de victorias (le siguen, con dos, Lampre, Saeco y Mobilvetta) y, al mismo tiempo, pese al éxito, es un equipo en peligro. Esta temporada concluía el compromiso trianual de la casa de seguros y, aunque se espera que una reunión durante el Giro acabe con las dudas, no parecía nada claro que Vitalico, cuya casa madre, Generali, es precisamente italiana, pensara seguir con la aventura de las dos ruedas. "Espero que nuestro patrocinador continúe", aventuró Álvaro, "porque no estoy nada seguro de poder encontrar otro equipo. Estas tres victorias deberían convencerles".
El Giro entra en sus días decisivos en los Alpes (hoy, llegada a Pratonevoso; mañana, Izoard y Briançon, y el sábado, cronoescalada de Sestriere) y Francesco Casagrande los afronta con sólo 33s sobre el segundo, Stefano Garzelli, y 57s sobre el tercero, Gilberto Simoni. Todo está, pues, por escribir. Todo, menos la victoria anunciada de Álvaro González de Galdeano, claro.Quien ya no podrá decir nada es el brillante Danilo di Luca, la gran esperanza italiana, que se retiró con tendinitis.
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