_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

F. Buesa / J. Díez

Cuando la fiesta se serena, como se remansa el río al llegar al valle, la superficie queda apacible, la vida social discurre quieta, tranquila. En el Día Grande de la Blanca, las familias se reúnen (madres entregadas al fogón, como en el anuncio navideño, y chavales con pañuelo en cuello en un rincón preparando la huida nocturna), los blusas hacen su ofrenda floral, se llenan los restaurantes en la ciudad vieja y las autoridades se reúnen en la Recepción Oficial del Ayuntamiento.Todo es apacible y un tanto indolente ese día. La lluvia cae y en los charcos callejeros se dibujan siluetas grises y verdes. Cuando la quietud se apodera de la corriente, cuando la reflexión domina el ímpetu vital del día 4, emergen del fondo, como de la memoria, aquellos despojos que la turbulencia había sumergido, que no dejaba ver pero que iban con ella.

Como María Mármol en la Medina Sidonia de Ramón J. Sender -blanca imagen romana, memoria atemporal de los sufrimientos en la aldea del crimen, Casas Viejas en 1933-, Mari Blanca, melancólica imagen femenina del gótico tardío, imagen venerada situada entre los dos arcos de San Miguel, decapitada en 1982 (espontánea «violencia popular -dijeron los CC.AA. de entonces-. Su cabeza, seccionada del tronco, será una de las imágenes que inspirarán las posteriores imágenes antiteas de esta ciudad , que desde el franquismo se veía plagada de sotanas y demás uniformes represivos»; en fin, usted me dirá); Mari Blanca, patrona de la ciudad vieja, serena, sonriente, enigmática, nos habla de los que cayeron.

Cuando le hacen la ofrenda sentida (blusas de otro tiempo), cuando pasamos -todos la conocen- nos recuerda a los que cayeron. No eran héroes, no eran ejemplares, no eran mejores. Eran como usted o como yo, ciudadanos sin más. Y por eso, nada más que por eso, les mataron. Eran ciudadanos que ejercían de ello, ciudadanos no amedrentados, que hacían su trabajo en representación de todos. Hablando por nosotros (Buesa) y cuidando de los nuestros (Díez).

El Ayuntamiento ha sabido recordarles y ha dado a Nati Rodríguez, viuda de Fernando Buesa, la Medalla de Oro de la Ciudad. Todos estamos con ella porque ellos supieron estar con nosotros.

Y, como los CC.AA. en su día, ... (que es gerundio) fuera de tiesto, HB se ha ausentado del homenaje con la burda excusa de que han sido invitados a ella los "uniformes más odiados en Euskal Herria". ¿La capucha y la txapela? (mi padre lleva txapela, y a mucha honra; pero nunca parodió a los zapatistas). Esos no estaban, que yo sepa. Esos fueron quienes mataron al hombre.

Por vosotros, F. Buesa/J. Díez, por vosotros y en vuestro honor siguen las fiestas en la ciudad vieja de Vitoria.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_